El hombre amansado

Opinión:

Concebida como continuación de "Moronga" (2018), la nueva novela de Horacio Castellanos Moya, con el título de "El hombre amansado", sigue los pasos de Erasmo Aragón después de haber sido implicado en una perniciosa estafa. Durante su estancia como profesor visitante en el Merlow College, en los Estados Unidos, Erasmo fue acusado de abuso sexual por una muchacha, y más tarde chantajeado por la mafia a conciencia de que ese acuso podía arruinar su vida laboral y académica en el país. El protagonista se vio rápidamente envuelto en una trama de corrupción jurídica y social que culminó con la demostración de su inocencia, pero al mismo tiempo con su expulsión de la universidad americana a la que había acudido con el objetivo de continuar su investigación sobre el poeta revolucionario Roque Dalton. Desolado por ese inesperado final a su carrera investigadora, Erasmo es internado en una clínica psiquiátrica para tratar los ataques de ansiedad que sufre como consecuencia del trauma que le ha provocado la situación. Exhausto tras su tormentosa estancia en los Estados Unidos, y reacio a la idea de regresar a El Salvador, finalmente Erasmo decide buscar una nueva vida en Suecia junto a Josefin, la enfermera que lo ha cuidado con diligencia durante su enfermedad.

Si en "Moronga" ya quedaba patente el choque identitario y cultural entre el personaje salvadoreño y la sociedad norteamericana, en "El hombre amansado" se acentúa su desarraigo mediante el enfrentamiento a otro sistema de valores, el europeo, que excluye cuestiones como la virilidad o el machismo, que podían ser normales en la construcción de su identidad latinoamericana. A ello se le suma el tema de la salud mental y los fármacos, pues Erasmo es medicado con Piruxetina y, en consecuencia, se ve obligado a reconstruir una nueva vida sin alcohol ni grandes esfuerzos. Josefin, la enfermera convertida ahora en novia, ejerce a lo largo de la novela como la voz de la razón y de la rectitud moral, pues ella es quien proporciona al protagonista un hogar, una familia y unos medios sociales a los que aferrarse para no colapsar. Sin embargo, Erasmo Aragón se siente como un parásito social, incapaz de reconstruir su vida laboral y sobreviviendo con las miserias que le pagan de algunas traducciones.

Los esfuerzos que lleva a cabo Josefin para rehabilitar a Erasmo Aragón son compensados con la despreocupación y la falta de interés que él manifiesta por esas cuestiones. Erasmo se siente vulnerable en tanto que migrante, pues ve sus derechos y posibilidades constantemente amenazados, pero no por ello duda en ejercer un racismo descarado contra otros migrantes que encuentra, en especial aquellos racializados. Desde la cómoda atalaya que le proporciona Josefin, el protagonista asume una mirada altiva con la que juzga a toda la sociedad y, en especial, desde la que explora algunos temas controvertidos, como la salud mental, el machismo, la presunción de inocencia o la inmigración. El resultado de esa mirada es un discurso corrosivo, incómodo para el lector debido a la crueldad y la apatía que caracterizan al narrador.

Al final, no cabe otra opción que leer el testimonio de Erasmo Aragón como el de un paranoico: cínico cuando se trata de enfrentarse a los demás, egoísta a la hora de defender su terreno, y profundamente cobarde cuando piensa en la posibilidad de estar siendo vigilado en todo momento por las fuerzas del estado. Cinismo y paranoia conectan esta novela con los originales planteamientos narrativos que Horacio Castellanos Moya ya había puesto en acción en "Insensatez" (2004), una de sus novelas más agraciadas por la crítica. Sin llegar a alcanzar el valor narrativo de esta, "El hombre amansado" propone una mirada cruel y desvergonzada sobre temas sociales tan controvertidos como la migración, la salud mental y la virilidad.

Darío Luque