El día del fin del mundo

Opinión:

Estamos ante un thriller médico escrito por el ganador del premio Pulitzer. Un libro repleto de suspense que moverá lo que son las enfermedades virales. Se escribió antes de la pandemia del Covid, dejándonos la sensación de historia premonitoria. Su protagonista principal, el Dr. Henry Parsons, se convertirá en héroe buscando el origen y la cura de un nuevo y misterioso virus asesino.

De fácil lectura, cuyo fin no es sólo el de entretener, también de aprender. El autor usó esa extraña enfermedad para gritarnos la realidad de la falta de preparación de los gobiernos ante un caso de pandemia. Ataca con dureza los encubrimientos, el egoísmo y todo lo que llevará al desastre de la economía mundial. Lawrence Wright lo narrará con el realismo más crudo, como hacen la mayoría de escritores del siglo XIX.

Es verdad que en su afán de quedar como un erudito del tema, abusa dejando muchísimas páginas donde la historia se detiene entre conferencias de epidemias, la guerra biológica, las vacunas o lo que en ese momento trágico serán las malas relaciones de los USA y Rusia. A mí, tanta información me sacó de la trama principal, sintiendo la lectura bastante lenta, pero a los entendidos y amantes de la buena documentación les entusiasmará.

La historia se siente real, de diálogos cortos y directos. La cantidad de información bien documentada que contiene es bestial, tocando lo que fueron las epidemias históricas auténticas y el modo en que afectaron a la población mundial junto a sus consecuencias, tanto políticas como económicas, acompañándolo de una puntualización de ciberataques y experimentos con patógenos. Aunque eres consciente de estar leyendo una novela de ficción, ese virus llamado Kongoli te pone nervioso por su parecido al Ébola.

Mentiras, de nuevo estaremos ahí, siendo testigos del modo en que quieren encubrir los primeros fallecimientos. Veremos las horribles muertes a través de los ojos del epidemiólogo. Un doctor que rompe estereotipos, tirando a bajito, encorvado con un cuerpo deformado por el raquitismo obligándole a usar bastón. Me gustó que se saliera del típico guaperas. A mitad del libro la epidemia tomará un segundo plano, basándose más el autor en los personajes.

Seguiremos los pasos de Henry junto a su amigo Mafid, que en algunos momentos nos deleitarán en sus diálogos e intercambio de intimidades relajando un poco la tensión. También iremos sabiendo lo que le ocurre a su familia de Atlanta, en unos USA con millones de muertos y rumores que el virus fue diseñado como un arma.

Aterradora y fascinante, así la catalogo yo, acercándonos a las pandemias, entendiendo lo indefensos que estamos rodeados de incompetentes políticos creyéndose más inteligentes que los propios científicos.

Sin ninguna duda, los amantes de virus, pandemias y catástrofes lo disfrutaréis.

Violeta Lila