El día de los trífidos

Opinión:

Como todas las distopías, esta me ha gustado, aunque tenga algún pero que ahora explicaré. No me ha llamado especialmente la narrativa, en particular los diálogos, pero también entiendo que en los años en que se ambienta la novela y en ese país -que no es éste, España- las formas podrían ser así. Me refiero a cómo abordan ciertas conversaciones que a mí me parecían más de autor novel que de escritor con muchas tablas. Esa sería la parte negativa con la que me he encontrado, pero como siempre, yo siempre encuentro cosas positivas para valorar y recomendar la lectura de un libro.

Pero volvamos a la época en que se escribió ¿Qué cosas daban mucho miedo por aquel entonces? El mundo de los extraterrestres, la ceguera… uno, un miedo irracional pero con sentido dado que apenas tres años antes de los 50 en Roswell había caído un "ovni" y todo eran especulaciones. ¿Y qué pasa con la ceguera? Ese es un miedo que prácticamente tiene toda la humanidad, por lo tanto ya entonces existía. Wyndham cogió dos miedos, uno terrible que estaba asustando a todo Estados Unidos, y otro que se esconde en nuestros subconscientes, los unió y creó "El día de los trífidos" con una invasión que venía del espacio, y un hándicap para el ser humano de nivel estratosférico: la ceguera.

La novela sí me ha gustado. Me gusta ese despertar (que luego ha sido recurrente, por ejemplo en la vieja película de los 80 "La noche del cometa"… o luego en la serie The Walking Dead -y otras historias-) ya sea en una habitación particular o en un hospital y descubrir que el mundo no era como la última vez que uno cerró los ojos. Flipé sobre todo -diría que es de lo que más cruel y atrapante como gancho por lo que podría significar- con el encuentro de Bill con Josella. Josella, una joven que está siendo esclavizada y golpeada como un perro en un callejón, por un ciego porque ella es sus ojos. Mientras leía el inicio pensaba que los afortunados eran los que tenían vista, y de pronto leí esa escena y todo dio un vuelco. A partir de ese momento me planteé -como imagino que todo el mundo- que si ya era malo ser ciego de repente, ser esclavo de los ciegos debía ser peor porque la proporción entre unos y otros era inmensa. Millones de ciegos a los que cuidar… imposible. Pasan más cosas con la sociedad ciega que no descubriré pero esa desproporción nunca acaba de arreglarse.

Por otro lado John Wyndham no solo nos mete en una historia de desesperación y terror con la ceguera, la enfermedad, el miedo a los supervivientes con ínfulas de poder, bárbaros armados que quieren crear un nuevo orden mundial autoproclamándose líderes, sino que también introduce a una plantas llamadas trífidos que tienen dos particularidades muy peligrosas: son venenosas y atacan. Es más, hay una tercera: se mueven, pueden seguir a sus víctimas. La historia de los trífidos es un plus en esta novela de ciencia ficción, o lo es la ceguera, me da igual como se mire, lo que pienso es que el unir ambas cosas es lo que hace a "El día de los trífidos" un libro especial.

La mayoría de distopías utilizan el fin del mundo tal y como se conoce, la supervivencia, los grupos que quieren gobernar, los que explotan a otros y utilizan la violencia, los grupúsculos que tratan de sobrevivir y a veces algo a lo que enfrentarse, como los zombis. En "El día de los trífidos" tenemos todo eso pero en vez de zombis, plantas de origen alienígena cuyas semillas se esparcen por todo el planeta, peligrosas para el hombre, y encima la ceguera producida por esa noche fatídica. Por suerte en esta distopía pueden proveerse de avituallamiento en las ciudades o tiendas de pueblos a menos que haya cerca bandas (humanas), algo muy típico en las distopías, o trífidos (que para los que tienen vista no sería un problema pero para los ciegos es algo inviable).

A lo largo de la novela Bill y Josella se convierten en pareja -en estas cosas es donde yo veía cierta ingenuidad a la hora de narrar los sucesos-, pero no son los únicos protagonistas. El comienzo es muy bueno porque aunque localizan a un grupo de gente con vista que quiere crear su nuevo orden mundial (dejando a las mujeres prácticamente como paridoras de hijos), hay otro que pretende convertir a los que tienen vista en esclavos de los ciegos porque es políticamente incorrecto dejarles morir y no hacer nada. En esta parte hay mucho para el debate, sin duda. Creo que es una de las mejores cosas de la novela.

De modo que, en conjunto, "El día de los trífidos" me ha parecido una buena novela gracias a sus tramas porque ambas, por sí mismas, son terribles y terroríficas. Simplemente… ponte en el lugar de uno de los ciegos y recuerda que ya no hay electricidad y que a tu alrededor todos están como tú. ¿Qué sería de tu vida?

Prefiero no pensarlo, es terrorífico.

Anika Lillo

Foto homenaje