El departamento de teorías alucinantes. Tiras cómicas de Ciencia de Tom Gauld.

Opinión:

En la anterior reseña de una obra de Tom Gauld, "Todo el mundo tiene envidia de mi mochila voladora", ya comentábamos que: "las tiras que nos presenta Tom Gauld no son tan reconocibles a primera vista por el común de los lectores, basándose a veces en referencias y situaciones, así como en personajes, no tan habituales para el lector. Tal vez consciente de esto, el autor expande su humor, y lejos de presentarnos un humor basado en situaciones tal vez trilladas, recurre a conceptos surrealistas, y muchas veces rayanos en el humor absurdo. Así, su target de potenciales lectores se estrecha un tanto, no siendo, tal vez, del posible gusto de todo el mundo. Sin embargo, los que lo disfruten (entre los que me encuentro), encontrarán en estas tiras una lectura más elaborada, un humor un tanto más, llamémosle,  sofisticado".

Y esa es la idea que sobrevuela esta nueva reseña. En este caso, el "blanco" del humor de Gauld es la ciencia, y los científicos. En el centro de ese humor amable, sofisticado, pero a la vez cercano al surrealismo, el autor nos muestra su conocimiento de la dinámica humana, a veces contradictoria, a menudo absurda. 

Como ya dijimos, puede que el refinado humor, y el tema a tratar, no llegue a todos, circunscribiéndose a un determinado sector al que debería ir dirigido; si ya comentábamos eso en la anterior reseña, en esta que trata de un tema más específico, como es la ciencia (en todas sus vertientes, o casi), puede que el target se estreche aún más. Pero, como también dijimos entonces, al que le guste, le gustará mucho.

Hay momentos que, en su brevedad (algunas una sola viñeta) nos provocan, cuanto menos, momentos de gran humor, cuando no directamente carcajadas. En realidad, no es necesario ser experto en ciencia, ni tener un gran conocimiento sobre ella, sino solamente algo de cultura general, como pasaba en el anterior volumen reseñado y, por supuesto, sentido del humor. Porque no hay que ser un experto para apreciar tiras como "nuevas aventuras del Gato de Schrödinger, el servicial felino cuántico", en la que "Timmy se ha caído al pozo y, al mismo tiempo, no se ha caído al pozo"; o la de "Darwin ha publicado una teoría", en la que recibe comentarios en las RRSS a dicha publicación; o en las que coincide un experimento del explosivo más potente del mundo, que hay que tratar con sumo cuidado, con otro de el altavoz más potente el mundo; o las tarjetas para animar al que le rechazan sus teorías, o "proyectos de álbumes ilustrados para jóvenes bacteriólogos"... En fin, que con solo un poquito de cultura general y, como decimos, sentido del humor, podemos disfrutar de este libro.

Ya el anterior me gustó mucho, y este también, es un humor que me agrada, combinado con un dibujo sencillo, a veces minimalista, y al que le voy a poner muy buena nota, recomendándolo sin dudarlo.

J. Javier Arnau