El beso de Thor

Opinión:

"El beso de Thor" es la primera novela de Cristina Vatra y, en mi opinión, no podría haber comenzado con mejor pie.

Lo primero que me ha llamado la atención es su manera de narrar la historia, muy ágil y sencilla, de tal manera que en ocasiones tenía la sensación de que una amiga era quien me estaba narrando su historia. Además, la autora tiene la facilidad de que el lector se sienta uno más dentro de ese Peugeot 406 que tan buenos momentos da a lo largo de la novela. Respecto a las descripciones, la autora facilita las justas y sin resultar tediosas.

La trama me ha llamado la atención nada más leer la sinopsis. Prometía ser una novela divertida y ha cumplido con creces mis expectativas. "El beso de Thor" es fresca, alocada, divertida, pero también emotiva y reivindicativa, aderezada con una chispa picante que funciona muy bien. Me ha gustado además que no sea la típica novela de "chica conoce a chico", "El beso de Thor" va un paso más allá, dejando esa situación en un segundo plano. En esta historia lo que importa es Reina, su situación, aclarar sus ideas, encontrarse a sí misma y todo lo que ello envuelve. Sí, también tenemos amor, pero no es el plato fuerte, simplemente una guinda con la que decorar el viaje que Reina inicia. Un viaje que no es sólo físico dentro de ese Peugeot 406, sino que Cristina Vatra desmenuza tocando varios palos de un día a día muy normal en cualquier persona: sentimientos, pareja, hijos, familia, amigos, adolescentes o trabajo.

Porque, ¿quién no ha tenido dudas sobre su trabajo o sobre lo que quiere? Eso le pasa a Matt, que por una situación familiar está realizando un trabajo con el que no se siente a gusto y un día, a raíz de otro suceso, decide cambiar su vida y dedicarse a lo que le gusta. Es tirarse a la piscina, pero tal y como iremos viendo con su historia, es importante sentirse bien consigo mismo y disfrutar del día a día y del trabajo. Aunque sea difícil, no se puede tirar la toalla y hay que luchar por lo que se quiere y por los sueños.

Después tenemos a Joe, con su mujer Lisa, y Reina. Un cuadro muy peculiar en el que la autora refleja la confianza, y la importancia de la amistad. Me ha gustado las reflexiones a lo largo de la novela que surgen a raíz de la amistad tan cercana de Reina con Joe y cómo Lisa se siente al respecto, sobre todo cuando otros personajes comentan acerca de esa amistad. En una sociedad en que se podría decir que está "mal visto" que una mujer y un hombre tengan una relación de amistad como la de ellos dos, en la que todo se cuestiona y siempre se busca un lado oscuro o hasta "sucio", pero que no es así. Unido a esto, tenemos la situación con los hijos de Joe y Lisa, en esa etapa adolescente que trae quebraderos de cabeza a tantos padres.

También me ha llamado mucho la atención el análisis del matrimonio y los hijos que Nia realiza en la cena, junto con Reina, Effie y Juana. Un punto de vista que sin duda hará reflexionar al lector y aportará un punto de vista un tanto diferente a lo que quizá estemos acostumbrados a escuchar. O al menos narrado de una manera original con la similitud de la playa.

Por supuesto, también tenemos amor, en una historia así no podría faltar. Creo que merece la pena destacar también la relación de pareja de Joe y Lisa, tras años de matrimonio e hijos, no se ha perdido esa llama, aunque la monotonía en ocasiones intente apagarla. Cristina Vatra también ha aportado unos comentarios y escenas un tanto picantonas y subidas de tono, pero de una manera muy suave, sin caer en lo vulgar.

Pero sin duda el plato fuerte de la novela, viene de la mano de Reina y ese viaje alocado que inicia. No solo es un viaje en busca de un beso de película con Thor, es un viaje en busca de sí misma, en un momento en que su vida está patas arriba. Creo que todos en un momento dado de nuestra vida deberíamos de realizar un viaje como el de Reina. Parar nuestra vida, parar el mundo y perderse. Es un viaje que aporta confianza, que asienta sentimientos y que cura, tanto la mente como el alma. A Reina le sirve para poner en orden su vida, que hasta ese momento era tranquila y tenía controlada. Pero también me sirve para poner en orden su futuro, sus miedos, coger fuerzas y afrontar lo que vendrá de una manera diferente.

"El beso de Thor" es un viaje lleno de risas, pero también lágrimas. Lo he pasado mal en ciertos momentos, pero también me he reído a carcajadas en otros. Cristina Vatra aporta un punto de locura muy sano, en el que el lector simplemente tiene que dejarse llevar y disfrutar.

Leer "El beso de Thor" es como montarse en una montaña rusa, en el que aparte de lo que os he pincelado, hay mucho más por descubrir.

Vane Gómez