Dos pediatras en casa

Opinión:

Los autores son pediatras y tienen dos hijos y, además, son los responsables del blog que lleva el mismo nombre que este libro, "Dos pediatras en casa", uno de los blogs del diario digital 20 minutos.

Una, que es madre de tres hijos ya (la más pequeña tiene quince años y el mayor, veintitrés) tenía mucha curiosidad por ver por dónde van los tiros hoy día en el mundo de los consejos pediátricos. Una curiosidad que he localizado pronto (porque he ido directa a buscarla) es respecto a las primeras caquitas de los bebés (se llama meconio). Os preguntaréis por qué… Fácil: porque es una de las cosas más llamativas cuando tienes un bebé -quienes los hayan tenido lo entenderán-, y el hecho de que en este libro conste es significado de que han procurado no dejarse nada en el tintero.

Es cierto, como decía antes, que aquí seguimos viendo que los consejos varían conforme pasan los años. En mi época los niños debían dormir de cierta manera, distinta a cuando mi madre tenía hijas pequeñas, y años más tarde de tenerlos yo también volvió a cambiar el consejo en según qué pediatras, y es que este es otro mundo: aunque haya ciertas normas no escritas, cada pediatra es de su padre y de su madre y tiene sus manías: unos están encantados de valorar nuevas perspectivas según estudios, y otros se rigen por las costumbres de siempre porque creen firmemente que esas son las buenas. Me ha llamado especialmente la atención el apartado dedicado al colecho (dormir la familia en una cama para ellos está bien visto mientras que en mi época te decían que no durmieras con tus bebés). El piel con piel a mí no me lo permitieron tras el parto y ahora se aconseja. Así va todo.

Esta pareja en particular, por ejemplo, confiesa que los pediatras no son muy partidarios de dar jarabes a niños con tos porque esa molestia provocada por una bronquitis puede ocultar algo peor si no hay síntomas visibles. Y nos recuerdan que los remedios milagrosos no existen, aunque puedan dar algunos consejos al respecto.

También hablan de la salud o higiene del sueño y de las franjas de horario ideales según edad. Esto me ha parecido curioso porque a mí nunca me recomendaron cuánto tiempo de sueño era el ideal para mis hijos, y aquí te dan número de horas en total de sueño recomendadas según sus meses de vida (llega hasta los 14-17 años). Y en cuanto a esto también aclaran las diferencias entre las pesadillas y los terrores nocturnos.

Son muchos los apartados que tocan, todos los he reconocido como madre y tantos detalles hay que he acabado asustada con mi ramalazo hipocondriaco, más que nada porque me he acordado de las otitis que sufrí de niña (es algo que nunca se olvida, es peor que un parto), entre otras cosas.

Además de lo tocante a la salud, los autores hablan de los juegos para dejar bien claro las diferencias entre un juego de toda la vida -sus beneficios- y los electrónicos -que según ellos no presentan ventajas-.

Algo que me ha gustado especialmente es que no entran a juzgar si decides dar biberones, sin embargo dan todos los detalles de la alimentación por mamas y el destete.

Pero lo que más me ha flipado es leer que para evitar la muerte súbita hay que poner al bebé a dormir boca arriba. Aquí me he tirado de los pelos, ¿sabéis la de veces que he oído que esto es lo peor porque si vomitan se pueden ahogar? Y encima tiene sentido. En fin, no en todo se puede estar de acuerdo. A mí me insistieron MIS pediatras a lo largo de los años que durmieran siempre con la espalda un poco alzada de lado por si vomitaban (o regurgitaban la leche, cosa que suelen hacer muchos bebés), para no atragantarse o ahogarse. Mejor les preguntáis directamente a los autores. Yo ya he criado a mis hijos.

En resumen, para padres primerizos va muy bien porque aparte de tocar prácticamente todo lo que respecta a los bebés y las primeras comidas sólidas, así como las infecciones, fiebres, vacunas, cuándo llevarles al pediatra, etc, tiene pequeñas ilustraciones y resúmenes esquemáticos al final de cada capítulo que concretan muy bien el tema que han tratado.

Anika Lillo