DOM

Opinión:

"DOM" es un libro de ciencia ficción donde el autor Adrián Desiderato construye una historia ficticia en forma de manuscrito de lo que fue el viaje del último cosmonauta soviético.

Todo empezó en 1991, cuando el cosmonauta soviético Serguéi Krikaliov se quedó en el espacio, mientras abajo la Unión Soviética se deshacía. El hombre estuvo en órbita trescientos once días, veinte horas y un minuto a bordo de la estación espacial Mir. De su viaje nace "DOM".

Esta es una novela que va hacia un mundo filosófico futurista de ciencia ficción, basándose en un hecho real. Es una historia cargada de infinitos matices sobre una época histórica determinante para nuestro tiempo y un ejercicio filosófico sobre las conexiones entre individuo y masa, entre hombre y Estado y todas las disyuntivas que de tales interacciones derivan. Un hombre en el espacio, solo, olvidado, con un mundo debajo de él que se desintegra. ¿Qué emociones, qué sentimientos recorren la mente de ese astronauta huérfano de nación e ideales que van desapareciendo?

Estremecedor relato que nos habla de las fortalezas y debilidades del ser humano, un palimpsesto de emociones a flor de piel en la carne viva de un hombre ante el que se abren todos los interrogantes posibles.

Adrián Desiderato nos lleva al espacio exterior en el cual nuestro protagonista el astrofísico Viacheslav se encuentra solo después de ver morir a sus compañeros. Va a la deriva dentro de una estación soviética. Allí en esa infinita soledad nos contará lo mucho que extraña a su familia, ahora el universo le parece un lugar terrible, una tumba de la que desea escapar. Hubo momentos que me recordaron a la novela "Solaris" del autor Stanisław Lem, cuando él la evoca a ella, nuestro cosmonauta fantasea deseando que su mujer pudiera estar a su lado. Sabremos cuando los equipos dejaron de funcionar, para qué tanta tecnología, pensará, si esta no lo deja regresar. Sentiremos su angustia, esos intentos de comunicación que fracasan, esas llamadas a la Tierra sin respuesta, esa noción del tiempo que se pierde, siempre mirando hacia el universo oscuro. Entre delirios, o tal vez no lo sean tanto, quedará algún momento para el humor como cuando él mismo se pregunta si podrían salirle antenas al igual que a un prochlorococcus.

Esta es la narración de un hombre en el espacio agarrándose a sus recuerdos y sus pensamientos mientras nos habla de otros planetas y sus lunas, de las estrellas en cientos de miles de millones de galaxias.

Una novela que te hipnotiza con sus palabras que son pura poesía, un placer bestial seguir cada página de una historia difícil de olvidar que, más allá de explicar nuestro mundo, también lo hace con el total del universo. Un hombre perdido a la deriva, de ahí saldrá todo lo humano, la belleza que verán sus ojos no calma lo que siente su corazón.  Siempre hemos leído de ir a otros planetas ¿De verdad estamos preparados para dejar la Tierra? Viacheslav  sólo desea regresar, sea como sea, a un lugar con sus virtudes y sus defectos, pero su hogar.

Bradbury, Lem, Asimov, Kafka, Borges, los referentes que moverá nuestro autor en esta novela son increíbles. Ese anhelo por encontrarse de nuevo con la negrura con el silencio, esa familiaridad con el útero materno, recuerdos primigenios junto a ese terror al vacío a la nada.  Vivir la soledad del astrofísico es entrar en el más puro horror cósmico.

Libros como este son los que te hacen amar la ciencia ficción.

Maravilloso.

Violeta Lila