Caperucita al revés

Opinión:

"Caperucita al revés", escrito por Olivier Dupin e ilustrado por Séverine Duchesne, es un cuento infantil para niños a partir de 4 años. Está editado por Hachette y pertenece a la colección Hachette infantil.

"Caperucita al revés" viene en formato tapa dura y tamaño grande (31x23,5). Además, las páginas son tipo cartulina, así que son más fáciles de manejar para los más pequeños.

El texto, en tamaño un poco más grande de lo normal, alterna color negro y blanco, en función del color del fondo de la página, para que sea fácil de leer. Toda la historia tiene un vocabulario fácil para que comprendan la historia, tanto si un adulto se lo lee, como si ya lo leen ellos solos. En cada página encontramos unas pocas frases, acompañadas de las ilustraciones.

Séverine Duchesne ha hecho un buen trabajo ilustrando el cuento. Recordemos que en niños pequeños las ilustraciones son muy importantes, ya que son un refuerzo para la interpretación del cuento, aparte de divertir a los niños. En este caso, las ilustraciones son a doble página y ocupan todo el espacio disponible. Contienen muchos detalles al respecto del bosque, la casa de la yaya o los personajes. Tienen un toque tierno, que a mí me recuerda un poco a algunos dibujos animados, un poco vintage y con un aire caricaturesco. Son muy coloridas, pero en tonos que no hacen demasiado contraste entre sí, aunque siempre hay un elemento que destaca. Los más pequeños se van a divertir mucho con ellas, ya que acompañan a la perfección la historia que van leyendo.

Referente al cuento, Olivier Dupin ha dado una vuelta de tuerca al típico cuento de Caperucita Roja. En "Caperucita al revés" nada ocurre como en el original. Es un enfoque muy novedoso.

Olivier Dupin ha conseguido una historia muy divertida, en donde los protagonistas son la familia del lobo feroz, compuesta por mamá loba, papá lobo y el hijo lobezno.

Parece que la familia loba ha estudiado muy bien el cuento de Caperucita Roja, para saber lo que tienen que hacer para saciar su hambre y que no les puedan dar caza. Aquí los malos no son ellos, simplemente son una familia de lobos que tienen hambre.

El autor enseña la astucia que van teniendo los personajes para poder comer, cuando en principio el cuento original solo tiene un lobo feroz. Los más pequeños se van a reír mucho cuando vayan descubriendo lo que le ocurre al lobo feroz.

Me ha gustado el final con esa idea que lanza el lobezno referente al cuento de los tres cerditos, y la ilustración final. Quizá tengamos en un futuro su versión "al revés", pero también deja margen a que los niños la puedan imaginar y que apliquen la idea de "al revés" a su cuento favorito.

Vane Gómez