Bailando en la oscuridad. Mi lucha: IV

Opinión:

Knausgård desgrana su vida cotidiana a la que asiste el lector como un invitado voyeur, al que se le permite un acceso generoso no sólo a los hechos que relata, sino especialmente a sus percepciones, sentimientos, ideas y emociones.

Es obvio que para un lector no escandinavo se ofrece en esta obra el añadido de la sorpresa, por la exhibición de una cultura, manera de vivir y modelo de sociedad con identidad propia muy distinta a la europea meridional.

Una de las virtudes del estilo narrativo de Knausgård es que las páginas se suceden con extraordinaria facilidad e interés, lo que es meritorio, porque no hay ningún hecho especialmente relevante que ofrezca al lector emociones fuertes o situaciones extraordinarias.

El autor consigue elevar lo cotidiano a noticia, mostrando una especial habilidad relatora. Una obra colosal en tamaño, en la que la vida de su protagonista y narrador se somete a impúdica exhibición, que además retrata su tiempo en la descripción de ambientes, novedades y situaciones.

La música, la literatura, el trabajo, la comida, la familia, las relaciones sexuales o sociales, la vida en comunidad, entre otros, se acumulan como capas de una misma realidad para ofrecer esa vida carente de todo interés salvo su propio relato, que, como ya se ha señalado, cobra una especial dimensión al pertenecer a esa sociedad escandinava tan singular.

Es sin duda una obra extraña, distinta, original, porque su enfoque, estilo, estructura, se separa radicalmente de las obras autobiográficas más convencionales, y muy especialmente porque el protagonismo del relato no lo tiene los hitos más relevantes de su vida, sino precisamente un "arrastrar" los días en una sucesión donde priman las sensaciones y las emociones.

La soledad, el aislamiento, el alcohol, las relaciones personales, el sexo o la familia, orbitan en torno a un personaje que lo exhibe sin pudicia alguna, con cruda sinceridad, sin florituras literarias ni excesos intelectuales, que erosionarían ese estilo literario caracterizado por un fluir narrativo que consigue interesar al lector a pesar de la magnitud de la obra.

Esa "novela autobiográfica" que al lector le dificulta sobremanera distinguir qué es ficción o memoria, pero que a los efectos de la obra es absolutamente indiferente.

Jorge Riet