Antonio y Cleopatra

Opinión:

Cuando uno tiene entre las manos una obra como Marco Antonio y Cleopatra, lo primero que le viene a la cabeza son las alusiones a la pareja tanto en cine como en literatura. Vemos en nuestra mente a una bella Liz Taylor con ojos color malva interpretando a la reina más deseada de toda la civilización antigua. Recordamos que se dejó morder por una serpiente y murió poco después. Pero hay más detrás de esta fémina con poder. Más también detrás de la figura de Marco Antonio.

El libro de Adrian Goldsworthy me ha enseñado muchas cosas que no sabía acerca de los protagonistas y los más allegados a la pareja. No sabía por ejemplo que Cleopatra era descendiente de Alejandro Magno.

La novela es apasionante, quizá porque puede gustar a un gran abanico de personas: ya sea por el tema político, romántico... pero es cierto que la historia entre Marco Antonio y Cleopatra atrae las miradas de un sector muy ampio.

Además de todo esto, el libro tiene un glosario muy amplio tras la novela, mapas y árboles genealógicos que ayudan a entender un poco más de la vida y de su entorno. El autor le ha dado toda la veracidad a la historia, ayudándose de todo el material del que dispone en las hemerotecas y quitándole todos los adornos que años de florituras habían cubierto a esta pareja (quizá trío) por autores y directores de cine. Se sabe que Cleopatra tuvo dos amantes: Julio César y Marco Antonio. Este libro gustará a mucha gente. Estoy segura.

No puedo recomendarlo a ningún grupo en particular. Si les gusta la literatura histórica, les gustará. Si les gusta la literatura romántica, les gustará. Si les gusta el rigor histórico, probablemente también. El trabajo de documentación que ha realizado Adrian Goldsworthy es de matrícula.

Quizá tildarla de novela en sí, tampoco sea lo correcto. El libro carece de diálogos y pasa de tema en tema de forma fluida y discreta contando la historia cronológicamente de forma escrupulosa. Me encanta. Quizá haya un público al que le pueda parecer soporífera o dura, pero a mí me ha gustado mucho. Le ha quitado todos los bártulos que podían intoxicarla de detalles mundanos y cinéfilos, avisando eso sí desde sus primeras páginas que aquí se venía a leer una verdad y no una novela de ficción. Avisados quedáis. Disfrutarla.

Está narrada en tercera persona de forma amena y cercana. He descubierto en Adrian Goldsworthy a un gran escritor al que seguir. De la misma editorial, tiene dos libros más sobre el imperio romano: César, la biografía definitiva y La caída del imperio Romano, el ocaso de occidente.

Aída Albiar