Amos de títeres
Título: Amos de títeres
Título Original: (The Puppet Masters, 1951)
Autor: Robert A. Heinlein
Editorial:
La Factoría de Ideas
Traducción: David Luque Cantos
Edición: Edición: Febrero 2010
ISBN: 9788498005424
Tapa: Blanda
Etiquetas:
ciencia ficción
sci-fi
novela
literatura estadounidense
extraterrestres
alienígenas
Nº de páginas: 320
Argumento:
Una forma de vida parásita ha llegado a la tierra y ha comenzado a
apoderarse de las comunicaciones, del gobierno y de la industria en
determinadas zonas de EEUU. No pretenden paralizar la vida del
planeta, su verdadero fin es dominarla; para ello fagocitan la
voluntad y la mente de sus anfitriones humanos hasta convertirlos
en sus marionetas.
La mejor sección del servicio secreto de inteligencia estadounidense tendrá que hacerse cargo de la amenaza, pero desconocen los puntos débiles de la fuerza invasora y no saben cómo hacerle frente. Ni siquiera los científicos son capaces de ayudarles. Junto al Viejo, sus dos mejores agentes, Sam y Mary, tendrán que enfrentarse a los alienígenas que desean dominar a la Humanidad y deberán conocerlos para saber cómo actúan y como piensan. Sólo hay una forma de conseguirlo: dejándose parasitar.
Opinión:
"¿Eran realmente inteligentes?", así comienza "Amos de
títeres", invitando al lector a entrar en la novela a golpe de
pregunta. De esta forma, aparentemente tan sencilla, ya ha sido
atrapado por la historia.
Esta obra de ciencia ficción se lee con rapidez. Acostumbrados como estamos a novelas de ochocientas páginas, las poco más de trescientas en las que se desarrolla son aptas para pasar una tranquila tarde de domingo.
Su autor despliega una narración creíble con unos personajes bien perfilados y muy humanos a pesar de las dificultades extraterrestres a las que tienen que enfrentarse para salvar a la tierra.
Su prosa es envolvente y, sin necesidad de recurrir a crímenes horribles en sus primeras páginas, engancha desde el principio y no permite apartar la novela hasta que la has terminado.
Resulta muy inteligente la postura del autor al adoptar al protagonista como narrador de la obra. Este método cuenta con la ventaja de no tener que explicar al lector determinados hechos. Si el narrador hubiera sido omnisciente, Robert A. Heinlein habría tenido que exponer con mayor claridad ciertos avances tecnológicos que de esta forma puede permitirse pasar por alto. Además, la elección del narrador en primera persona confiere a la historia un punto de cercanía muy favorable para involucrar al lector en la trama.
Aunque no suelo leer mucha ciencia ficción, si puedo afirmar que en mi biblioteca descansan casi todas las obras de Gentri Lee, Orson Scott Card, Arthur C. Clarke y, cómo no, las del inolvidable Isaac Asimov. Los considero los mejores en su género. Colocaría entre ellos, sin riesgo de equivocarme, a Robert A. Heinlein. Otro grande de la ciencia ficción que merece la pena leer.
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