Doctor Graesler. Médico de balneario

Opinión:

Siempre me ha intrigado cómo afecta el paso del tiempo a una obra literaria; algunas resultan anacrónicas en un par de años mientras que otras poseen una cualidad atemporal que les otorga una validez permanente; a éstas últimas pertenece "Doctor Graesler, médico de balneario, escrita en 1917 por Arthur Schnitzler.

El autor inicia la obra cuando el doctor embarca en un puerto, al que regresará, después de que le ha sucedido una desgracia. No sabemos más, no se nos dan más datos, pero a medida que transcurre la novela, a través de flashbacks y monólogos internos, vamos conociendo a nuestro personaje, su psicología, su pasado y su presente. De forma poco habitual pero muy efectiva, el autor construye un personaje sólido que encarna un arquetipo de la burguesía austriaca de la época: un hombre maduro, soltero y con un cierto prestigio, que no ha tenido necesidad de casarse porque su hermana soltera cuidaba de él y, en cierto modo, cumplía con el papel social que hubiera correspondido a la esposa; se trata de un hombre muy apegado a las normas sociales y al que le importa mucho lo que los demás piensan de él.

Con la desaparición de su hermana, inconscientemente, se ve abocado a la búsqueda de una esposa para ser ese ser completo que exigen las normas sociales burguesas. A partir de aquí, el autor aborda la relación del doctor con las mujeres, tanto en el pasado como en el presente, y retrata de forma excelente los prototipos de mujer de la época; a la vez que refleja la sexualidad de la época de un modo sutil pero poniendo de manifiesto toda la hipocresía existente en la burguesía con respecto al tema.

En toda la obra se aprecia una mirada finamente irónica que encierra una crítica, una denuncia de la sociedad burguesa del momento, sobre todo, de su hipocresía, especialmente en las relaciones entre hombres y mujeres.

La prosa resulta fluida y natural, fácil de leer; mezclando hábilmente el monólogo interior con diálogos muy vivos, resulta muy amena y capta la atención del lector desde el principio, quizá porque retrata unos estereotipos sociales y psicológicos, en cierta medida, aún presentes en ciertos sectores de nuestra sociedad.

Una obra muy recomendable, inédita en castellano hasta el momento, de un autor que merece la pena recuperar.

Jaci Alía Arreche