Finale

Opinión:

¿Qué hacer cuando todas las opciones que tienes delante parecen llevarte a un final no deseado? ¿Cómo decidir qué hacer? ¿Cómo mantener un amor que parece estar condenado al sufrimiento?

Estas podrían ser algunas de las preguntas que se hace Nora, la protagonista de la saga "Hush, hush!" de Becca Fitzpatrick que llega a su fin con la cuarta entrega: "Finale". En este cuarto libro, nos encontramos a una Nora que debe enfrentarse a decisiones difíciles y que afectan tanto a su vida como a la de Patch. ¿Podrá cumplir el juramento que le hizo a Hank antes de morir? ¿Cómo podrá ser la líder de los Nefilim y seguir viéndose con Patch? Para saberlo, habrá que leer hasta la última página, porque la autora ha creado un entramado de misterios e intrigas que sólo se desvelan en la parte final, dejando todos los cabos atados.

La primera persona de Nora tiene un estilo propio, desenfadado y directo. Sin embargo, se echan de menos algunas descripciones más elaboradas en momentos puntuales y sobran algunas que resultan innecesarias en según qué escenas. Además, algunas de las descripciones y explicaciones que da la protagonista tienen cierto aire superficial y parecen que estén allí para rellenar. Pero a pesar de ello, el conjunto genera una narrativa ágil y rápida que consigue lo que busca la autora desde el primer libro: hacer que sigas pasando páginas para saber qué ocurrirá. Y realmente no puedes soltar el libro, aunque haya momentos en los que los protagonistas actúen y piensen de manera ilógica o sin explicar el motivo.

Dentro de ese afán de conseguir que el lector no pueda soltar el libro, la autora sabe jugar con la intriga, con los espías, el suspense y las dobles intenciones de algunos de los personajes. En muchas ocasiones nadie es lo que parece. Sin embargo, más allá de estos elementos, Becca Fitzpatrick ha reservado una sorpresa final para el lector: un giro en el argumento que desvela secretos, traiciones y alianzas que, en ciertos aspectos, resultan algo forzados. No desvelaremos de qué se trata para no exponer ningún spoiler, pero lo cierto es que algunas de las sorpresas son poco creíbles y con giros demasiado rápidos. Me explico: si una sorpresa y un giro son algo más que agradable en una lectura, demasiadas sorpresas a la vez pueden resultar agotadoras. Es una buena manera de captar la atención del lector, pero puede saturar. Por otro lado, la resolución de la trama de alguno de los personajes secundarios es demasiado previsible. Sin embargo, y a pesar de ello, la autora da una explicación al comportamiento de cada uno de los personajes, les da un motivo para sus acciones y, al final, todas las tramas quedan cerradas.

El apartado de los personajes es otro tema aparte. Desde que Bella Swan y Edward Cullen aparecieron en el mundo literario, parece que es romántico y un signo de amor que una chica quiera complacer al hombre de sus sueños y es normal que el chico en cuestión vaya repitiendo una y otra vez que ella es suya y que la protegerá y la seguirá aunque a ella no le parezca bien. Nora y Patch, aunque diferentes a la famosa pareja de Stephenie Meyer, caen de vez en cuando en este estereotipo de este romanticismo mal entendido y que parece apuntar que las relaciones de pareja se basan en una supuesta muestra de amor tan retorcida como la del control y la vigilancia. Es cierto, la chica corre peligro. Pero, ¿es necesario que él siempre la esté siguiendo, controlando y decidiendo lo que puede hacer o no? Se supone que Nora tendría que ir aprendiendo a defenderse solita, sobre todo si se supone que debe saber luchar (algo que no hace en casi todo el libro). ¿O es mejor que sea siempre débil y dependiente? Por suerte, hay momentos en los que ella muestra cierta iniciativa y para los pies a ese control constante para comportarse, dentro de la relación, como una persona normal.

Los personajes secundarios tienen sus pequeñas tramas y, como ya apuntaba antes, todas se resuelven a lo largo de este libro. Descubrimos identidades secretas, se desvela la verdadera naturaleza de más de uno de los personajes (algo que tampoco sorprende del todo, pues en casi todos los casos era algo predecible) y cada uno queda en el sitio que le corresponde.

En definitiva, "Finale" es una manera correcta de acabar esta saga. Sigue el estilo narrativo y la evolución de los personajes que planteó desde el principio. Cae en algunos estereotipos y busca la sorpresa quizás rozando la extenuación, pero sigue siendo una lectura más que obligatoria para los fans de la saga.

Inés Macpherson