¿Por qué me pido un gin tonic si no me gusta?

Opinión:

Julia Varela tiene una larga trayectoria como reportera y periodista en conocidos canales de televisión. Esto se refleja muy bien en la descripción del trabajo de Olga, así como del funcionamiento de una redacción. "¿Por qué me pido un gin tonic si no me gusta?" es su novela debut y tiene todos aquellos elementos que la caracterizan como una novela chick lit.

La pluma de Julia es sencilla, aunque a veces utiliza un vocabulario rimbombante que no se adecua con el estilo y fluidez que requiere una obra de este género.

Desde las primeras páginas, la autora, pone de manifiesto la comicidad que dirige la novela. El humor es simple, basado en comparaciones con elementos, personas y hechos conocidos en el mundo de la farándula, situaciones ridículas así como comentarios chistosos o jactanciosos.

La historia es ligera, sencilla y entretenida. No presenta grandes giros en su trama, la cual gira en torno de Olga y todas sus facetas.

En cuanto a los personajes, destacar que la protagonista representa al tipo de mujer estándar que podemos encontrar en el siglo XXI; independiente, de clase media, trabajadora, urbanita... Los lectores podrán simpatizar muy bien con ella, aunque no sucede del mismo modo con los personajes secundarios los cuales están dotados de clichés y son bastante planos, quizás debido al tipo de narración en primera persona.

La ambientación no es específica. Olga, debido a su trabajo, viaja a diversos pueblos de toda la península relatando sus aventuras en cada uno de ellos pero apenas se menciona más que la ciudad en la que se encuentran, como por ejemplo Galicia o Murcia. Asimismo, las descripciones de estas localidades y sus habitantes son estereotípicas y carecen de profundidad.

A lo largo de los casos reportados, la autora expone diferentes situaciones que envuelven y afectan a la sociedad actual e invita al lector a realizar una serie de reflexiones, como pueden ser la escasez de agua en algunas comunidades, la poca relevancia que se le da a trabajos cotidianos en los que las personas se juegan la vida, el consumismo y apego a redes sociales, la pérdida del folclore, el ecologismo, entre otros.

Algo que no me ha gustado es que durante la narración se abren muchas tramas y subtramas, las cuales, en algunos casos, se dejan apartadas, apareciendo de forma espontánea para cerrarlas de forma abrupta al final. En mi opinión, la autora ha querido meter demasiado contenido en una trama sencilla y no ha sabido bien cómo gestionarlo.

El libro trata muchos temas, sin embargo, me quedaría como principal la crisis que muchas mujeres sufren ante la aparente obligatoriedad que tiene la maternidad llegadas a una edad. Así como la dificultad de aceptar que la vida cambia de forma inesperada según el grado de madurez que vamos adoptando.

El final me pareció algo contradictorio con el pensamiento que la protagonista refleja en todo momento. Si bien es cierto que como personaje se le ve una evaluación y madurez no deja de ser del todo poco realista.

En conclusión, es una novela divertida y entretenida para pasar el rato.

Marisa Costa