Cicatrices brillantes

Opinión:

"Cicatrices brillantes" es la nueva novela de Andrea Tomé y, aunque no es autobiográfica, sí está inspirada en su experiencia personal con los trastornos de alimentación.

Zoe es una chica de dieciséis años que convive con un monstruo interior. No sabe cómo ha llegado a esta situación, pero no puede comer, a pesar del hambre que tiene.

Nunca fue una chica gorda, ni siquiera rellenita, pero cuando adelgazó uno kilos no dejó de recibir felicitaciones. Ahora todo es más complicado, pues no se trata de algo físico, tal vez si sigue adelgazando pueda llegar a desaparecer…

Siente que es un fracaso, una decepción, nunca es suficiente. Ni siquiera cumple los criterios de su enfermedad, no está lo suficientemente delgada para encajar en el diagnóstico: lo suyo es una anorexia atípica, light, el sacrificio no ha valido la pena… todo eso ronda la mente de Zoe. A pesar de que físicamente parece estar bien, las garras de la enfermedad ya la han apresado.

¿Conseguirá Zoe ver su realidad? ¿Será capaz de aceptar la ayuda que le ofrecen? ¿Querrá recuperarse?

Me ha gustado mucho el enfoque de esta novela. No parte de un diagnóstico claro y de un deterioro físico evidente, sino que refleja la realidad de los trastornos de alimentación que se dan en clínica y población. Y es que no todos los casos son evidentes y encajan en un tipo de TCA de manual, hay muchas variaciones, y cada caso en particular debe recibir el tratamiento más adecuado.

Aquí nos mostrarán las diferentes opciones de tratamiento: ambulatorio, hospital de día u hospitalización, dependiendo de la gravedad de los síntomas, normalmente físicos, pues a nivel mental el deterioro puede ser bastante similar.

Nos hemos acostumbrado a ver casos más extremos en revistas y televisión, pero no reflejan la realidad. De hecho, la anorexia atípica es más común de lo que creemos, y puede ser más peligrosa, ya que "aparentemente" no existen signos evidentes de alarma.

Por eso me ha gustado que esta novela se enfoque en un caso así, en una chica cualquiera, sin factores de riesgo y sin un detonante claro para su caso: tiene una familia que la quiere y la apoya, tiene amigos (o los tenía), no se exige demasiado en los estudios, no se ha obsesionado con un cuerpo perfecto… aun así, ha caído en las garras de la enfermedad.

Lo más interesante es la evolución de Zoe y cómo va siendo consciente de su enfermedad y de lo que implica. Si quiere recuperarse tendrá que descubrir las verdaderas razones tras la anorexia, pues esta enfermedad es mucho más compleja de lo que la gente cree, no se trata de comer o no comer, ojalá fuera tan sencillo…

Con ayuda y compromiso personal la recuperación es posible. No será fácil, pero siempre hay esperanza.

Como bien dicen, hay veces que para sanar hay que romperse del todo; solo así podremos recomponernos y mostrar orgullosos las cicatrices de proceso, pues no dejan de ser signos de cambio y fortaleza.

Mónica CZ