Siempre el mismo día

Opinión:

Después de leer "Dulce despedida" no pude dejar pasar la oportunidad de tener entre mis manos "Siempre el mismo día", tal vez la novela más reconocida del autor reeditada por Umbriel a propósito del décimo primer aniversario desde su publicación.

La ópera prima en el universo literario del también actor y guionista David Nicholls fue llevada a la gran pantalla bajo el mismo título en el 2011 siendo protagonizada por Anne Hathaway y Jim Sturgges.

"Siempre el mismo día" se trata de una obra excepcionalmente particular y original, en donde podemos acompañar a Emma y Dexter durante el mismo día a lo largo de veinte años. Esta característica si bien no da, en ocasiones, muchos detalles sobre la relación de los personajes hacen que los lectores participemos activamente para completar las piezas del puzle narrativo en el que se convierte el libro.

Por medio de una prosa simple, y pocos diálogos, el autor nos lleva por un entramado de amplia gama de matices emocionales que se encierra en los protagonistas. Protagonistas con una gran complejidad e íntima construcción a los que el autor les dota de una gran humanidad llena de defectos y virtudes con los que no podemos dejar de empatizar.

Emma y Dexter son dos personajes a los que seguimos en una evolución personal y sentimental a lo largo del tiempo, convirtiéndonos en testigos de su desarrollo profesional, formación, éxitos y fracasos y, por supuesto, sus expectativas, retratando fielmente la vida de cualquier persona tras culminar su carrera y enfrentarse al mundo laboral abriéndose paso por caminos arduos que lo hagan estabilizarse en la madurez.

Nicholls tiene la facilidad de contar historias para que el lector las haga suyas y rememore junto a los personajes los hechos del pasado compartiendo sus sentimientos. Del mismo modo, consigue redondear el interés gracias a los sorpresivos giros narrativos que construye en la trama y, sin excepción alguna, nos lleva a la catarsis con su final.

Con una pluma precisa y un tercer narrador, que focaliza su atención en las perspectivas de ambos protagonistas, la historia discurre sin contratiempos aparentes al mismo tiempo que nos invita a la reflexión en diversos temas que asolan las vidas de Emma y Dexter. Dichos temas comprenden las relaciones de pareja, la muerte, los compromisos, las dificultades, el éxito, las drogas, el alcoholismo o la superación personal siempre poniendo el foco principal en la gran y duradera amistad existente entre ellos.

Sin duda, las dotes guionistas de Nicholls se ven reflejadas consiguiendo que la novela sea muy descriptiva y, por ende, más visual.

Los personajes presentan una personalidad completamente opuesta que contrastan desorbitadamente y que de inmediato destaca y llama la atención.

A pesar de que, a priori, puede suponer una historia simple, la relación que mantienen los protagonistas es más compleja de lo que parece, pues existen ocasiones en los que tanto ellos mismos como su relación sufre altibajos, se sienten perdidos o sin rumbo fijo, creándose una serie de tensiones y dramas anexos que envuelven la historia, la completan y la dotan de intensidad, emoción y dramatismo.

El lector no podrá más que sentir la necesidad de leer un capítulo más para eliminar las dudas que se crean, llenándonos de incertidumbres respecto a la situación de Emma y Dexter.

El tono intimista que tiene la novela llena de monólogos interiores, reflexiones, profundos diálogos, detalladas descripciones y grandes dosis poéticas la convierte en una gran obra, a pesar de que contenga partes demasiado largas o escenas muy descriptivas y algo tediosas.

Uno de los puntos que más me han gustado y destaco es la no romantización de ciertas acciones y personajes. Es un punto muy positivo que se desmitifique algunos aspectos que hasta el momento se han considerado el ideal de una relación con uno mismo o los demás. Es más, tanto Emma como Dexter son conscientes de la realidad que los rodea y basan su amistad en la confianza mostrando momentos llenos de comicidad, coqueteo, tensión y apoyo, entre otros.

En general es una novela que se lee rápido, gracias a su estilo ameno y ligero, siendo dinamizado por una serie de diálogos de lo más esclarecedores y profundos.

"Siempre el mismo día" es una historia que cuenta ante todo una relación entre personas y sus sentimientos. No se trata en sí de una novela romántica, como se suele categorizar, sino más bien es una novela contemporánea de amistad y vida.

En conclusión, un libro que merece la pena leer solo para descubrirse a sí mismo y disfrutar de una historia original, profunda y potente protagonizada por dos personajes que se quedan contigo de forma casual e inconsciente. Una obra que, seguramente, no defraudará a los lectores del género. 

Marisa Costa