La mirada inquieta. Cómo disfrutar del arte con tus propios ojos

Opinión:

La divulgadora digital, Eugenia Tanenbaum, es una joven gallega historiadora del arte, que tiene en su cuenta de Instagram más de 83.200 seguidores… entre toda esa gente, también me he sumado yo luego de leer este libro, que es su primera publicación en papel.

Es decir, lleva un largo recorrido contándonos estas cosas del arte para un público que no es experto en el tema, pero que ha enganchado porque ella tiene un don comunicativo… sabe cómo contar las historias, las vidas y los meandros de artistas y mecenas, de sociedades diferentes y diversas, hablar del pasado sin la interferencia del presente, entre otras muchas cualidades.

Pero volvamos al libro, que es lo que interesa aquí… es un libro donde se concentra el pensamiento de la autora, su forma de ver el mundo y la sociedad, pero eso no impide que quienes leamos su libro tengamos ideas propias, es más, nos incentiva a ver más allá, a ver lo que no está, aquello que no tiene representación.

En este sentido, tenemos que poner en perspectiva algunas ideas o conceptos, porque el libro está escrito en plural femenino, es decir, está dirigido a nosotras, pero ¿por qué? Simplemente porque según las estadísticas es más probable que una mujer lo lea antes que un hombre y porque la autora es feminista… aun así, si te sientes ofendido, el mal de este siglo, no te acalores… somos personas, ¿no? Persona es un sustantivo femenino, así que aquí, en este concepto, entra todo el mundo. Y ya. Y lo dice ella en el primer capítulo del libro.

Pero bueno, lo mejor y más interesante del libro es que se plantea como una búsqueda de tu propia mirada, de no ser borregos ante la historia oficial, la que nos cuentan, que eso está ahí y nos repiten sin cesar, sino que entrenemos el ojo para ver lo que no está y encontrar significados en los temas y en la representación de la realidad que nos muestran las diversas sociedades a lo largo de la historia.

Y aquí está el punto álgido de este libro, y es que tener un pensamiento crítico está perdiendo terreno en este siglo de la información instantánea, lo damos todo por sentado, no buscamos más allá de lo que los libros nos han inculcado desde hace décadas. Ahora con la globalización, la información la tenemos al alcance de nuestras manos, solo hace falta buscar… y, sobre todo, saber buscar.

Con este libro descubriremos cómo ver el arte, sin prejuicios y miradas de otros, sino con la nuestra y propia inquieta mirada. Eugenia Tanenbaum nos habla desde el conocimiento de su área, pero también desde una serie de conceptos que hay que tomar en cuenta, como indica al principio del todo, veremos que nuestra mirada ha de topar con ideas nuevas, hay un cambio de paradigma, ya no solo hay una mirada masculina en el arte, salen a la luz autoras -muchas y maravillosamente cautivadoras-, que van completando las piezas de un puzzle. De eso y mucho más aprenderemos aquí, nuevas ideas, mirar el pasado sin la carga de nuestro presente, sin el racismo, sin ideas preconcebidas, volcarnos hacia una mirada nueva, limpia, pero llena de preguntas.

El libro es un ensayo lúcido lo mires por donde lo mires, una escritura que nos acerca al conocimiento, como dice la autora, "las palabras como medio de conocer el arte", porque de eso se trata, que Eugenia te lleve de la mano por los museos para descubrir juntas todo aquello que se relata en ellos, como nos cuenta en el prólogo.

Siempre agradezco eso, que quien dedica su tiempo a enseñarnos nos hable con una voz cercana, que podamos seguirle el hilo y podamos aprender, eso es una de las características que más aprecio y Eugenia ha logrado, en su primer libro, captar mi interés desde el primer momento, espero que publique muchos más en el futuro, tiene facilidad de palabra, lucidez de mente, alegría al compartir sus conocimientos. Eso se nota y mucho.

También se nota el largo camino empleado en esta búsqueda, el buscar respuesta a sus inquietudes, a los vacíos que le había dejado su formación académica. Al final nos entrega una bibliografía bastante interesante, para seguir indagando y eso también se agradece.

Aprender mientras disfrutas la lectura, no tiene precio. Indudablemente. Lo mejor es que es de esos libros que dejan poso y vuelves a ellos una y otra vez, para refrescar ideas, para seguir disfrutando. ¡¡Recomendadísimo!!

Carol Inabé Barba