zona zombie

Opinión:

Novelas de zombies hay muchas, novelas de zombies buenas, ya hay menos, y novelas de zombies buenas y originales son una rara avis en un subgénero que parece alimentarse de clichés continuos. Es por eso que la tercera entrega de la saga zombie de David Moody no deja de ser más de lo mismo en una temática que se mantiene casi a regañadientes en las estanterías.
 
Tras “Septiembre Zombie” y “Ciudad Zombie” nos llega “Zona Zombie”, una historia que no aporta nada nuevo al género y que acumula lugares comunes a lo largo de sus páginas.

Para mantener el interés del lector aficionado a estos muertos ansiosos de carne humana, no basta con poner a un puñado de humanos en la tesitura de la huída continua hacia delante mientras los zombies aporrean puertas, ventanas y se dedican a dar dentelladas a diestro y siniestro, y por desgracia esto es lo que se ha dedicado a hacer David Moody.

Con una línea de acción excesivamente plana que se dedica casi exclusivamente a: zombies acorralan a los humanos, estos intentan defenderse y al encontrarse en inferioridad numérica huyen y así una, y otra, y otra vez, Moody intenta recrear una historia post-apocalíptica que provoca un déjà vu enorme en el lector. Muchos de los hechos narrados por el autor nos recuerdan en exceso a escenas sacadas de los zombies de Romero en “La Noche de los muertos vivientes”, tramas que se han visto mejor desarrolladas en “El Reino de los zombies” de Len Barnhart, o en “Apocalipsis Island” de David Wellington, teniendo como resultado que el lector siga esta historia con muy poco interés pues, como se puede observar, no nos está contando nada que no hayamos leído o visto con anterioridad. Una vez más el ejército americano juega el papel del malo de la película y, por si fuera poco, una mutación vírica filtrada desde un laboratorio es la causa de que una vez muerto el cuerpo se levante y se quiera alimentar de carne humana, todo esto lo contó Barnhart diez años antes de que el fenómeno zombie se extendiera en las librerías como la peste y Mira Grant lo actualizó en “Feed”.

En su defensa hay que señalar que el autor de “Odio” intenta revestir a los resucitados de cierta inteligencia y raciocinio, el problema es que no vale con decir que los muertos piensan por sí mismos, hay que saber llevarlo al papel y transmitirlo a los lectores que no tienen esa sensación, ya que los zombies hacen lo mismo que casi todos: arrastrarse, juntarse en hordas para atacar y devorar, mientras se guían de ruidos para buscar a su siguiente víctima. Un intento fallido que de haber estado bien desarrollado habría convertido la historia en otra mucho más distinta e interesante. Puesto que estos seres son bastante limitados se necesita un trabajo de personajes protagonistas bastante competente y en “Zona Zombie” ningún personaje despierta nuestra empatía en ese sentido, son pocos los datos aportados sobre sus vidas pasadas, sobre sus inquietudes futuras para que nos importe en realidad el destino de los protagonistas aun sabiendo de antemano que en este tipo de libros no todos llegan hasta el final.

Pero quizás lo que más lastra la historia sea ese halo de desgana que baña a todos los personajes, carentes casi de emociones y que se mueven por los mismos impulsos que aquellos que los persiguen, no notamos ansias de supervivencia propiamente dichas, más bien ganas de escapar sin más sin enfrentarse realmente a los hechos. Es esta desgana la que lamentablemente sí llega al lector y hace que no se implique con lo que se nos está contando.

Novelas como “Guerra Mundial Z” de Max Brooks y “Descansa en paz” de John Ajvide Lindqvist siguen estando muy por encima de sus sucesoras en lo que a muertos que se levantan de sus tumbas se refiere al haber sabido explorar el lado humano en medio de esa locura, ofreciendo un punto de vista diferente e interesante no sólo del apocalipsis zombie, también de las consecuencias y de cómo enfrentarse a ello.

De seguir esta línea tan poco original, la literatura zombie irá desmembrándose como sus protagonistas hasta quedar como una anécdota dentro de la literatura de terror. Se necesita un profundo cambio a la hora de afrontar estas historias y un espíritu renovador que den un giro radical a lo que se ha ofrecido hasta el momento, de lo contrario el subgénero sí corre el peligro de entrar en una “Zona Zombie” de la que hay muchas posibilidades de no salir con vida.

Patricia Rubiera