Una ventana al mundo

Opinión:

Singer es un cronista formidable de un mundo único, el de esas familias judías que combinan su singularidad con un mundo en permanente cambio.

La tradición, la cultura, la conciencia de grupo, la identidad, en un cargado ambiente moral, sometidos a la ley implacable del tiempo, del cambio, de la novedad, sometidos a la formidable ambición de no quedarse al margen.

Con una prosa extremadamente precisa, austera, descriptiva, Singer permite al lector adentrarse en un universo exclusivo, con su propio código que actúa como un círculo interior en la sucesión de ondas que se superponen para definir la sociedad moderna.

Con provocadora valentía, exhibe las contradicciones, las luchas interiores, las paradojas, incluso las miserias, de una vida en sociedad condicionada por el peso de la costumbre, de la atadura de formar parte de un enorme grupo anudado por la fe, el origen, el apellido, incluso el barrio donde se mora, adonde llegan los ecos de un pasado siempre presente.

Esa realidad inevitable que convulsiona los choques ideológicos, que domestica el debate, que somete a las ideas más radicales de los propios hijos de la comunidad, como fenómenos digeribles que alertan de los cambios que imponen los nuevos tiempos, que se suceden como circunstancias más o menos soportables.

La maestría de Singer es una poderosa literatura poblada de símbolos y diagnósticos, de lucida comprensión de la violencia silenciosa que somete a la tradición enfrentada al devenir de la vida.

Con el recurso de la fina insinuación de la contradicción, con la exhibición de la paradoja, con el relato de la frustración, de la violencia, de la melancolía, del sentido moral del orden y de las fisuras por donde se fragiliza, Singer se presenta al lector armado con un fascinante arsenal de magnífica literatura, de una prosa que absorbe a un lector que penetra en un espacio tan desconocido e inexplorado como interesante.

Una obra intemporal, eternamente vigente, porque el tiempo que se narra es irrelevante ante la naturaleza de las situaciones que se describen, por la permanencia de los asuntos que propone, porque, como afirma solemne uno de los personajes de Singer, "cuando se otorga el libre albedrío se otorga el libre albedrío".

Una fascinante ventana al mundo que permite asomarse a una gran literatura, una obra absolutamente magnífica.

Jorge Riet