Anika entre libros

Un paisaje de cenizas

Ficha realizada por: Ana Vanesa Cremades
Un paisaje de cenizas

Título: Un paisaje de cenizas
Título Original: (Un paysage de cendres,1996)
Autor: Élisabeth Gille
Editorial: Nocturna
Colección: Noches Blancas


Copyright:

© Éditions du Seuil, 1996

© Nocturna Ediciones, S. L.

Traducción: Juana Salabert
Edición: 1ª Edición: Noviembre 2015
ISBN: 9788494424311
Tapa: Blanda
Etiquetas: amistad aprendizaje drama novela dramática holocausto II Guerra Mundial judíos literatura francesa novela novela dramática premio Goncourt siglo XX internados Burdeos
Nº de páginas: 210

Argumento:

"Un paisaje de cenizas" es la gran novela de la hija de Irène Némirovsky, Élisabeth Gille, gran premio de las lectoras de Elle y finalista del prestigioso premio Goncourt.

Para salvarla de la deportación, Léa Lévy es separada de sus padres, una rica pareja judía de origen ruso, y escondida en un internado católico de Burdeos. La niña, huraña y con gran conciencia de sus orígenes pudientes, sólo consigue trabar amistad con Bénédicte, la muchacha que las monjas le eligen por compañera. Bénédicte, haciendo gala de su nombre, se convierte en el ángel de la guarda de Léa, su modelo y resguardo en un mundo que no entiende y del que no quiere formar parte.

Junto a las pequeñas, recorreremos los difíciles años de la Segunda Guerra Mundial en Burdeos, pero sobre todo descubriremos los terribles resultados de dicha contienda: un pasado hecho cenizas y un futuro incierto que es muy difícil esperar con ilusión. 

 

Opinión:

 

Basada en sucesos que la propia autora vivió tras la deportación de sus padres a Auschwitz en 1942, si algo encontramos en esta novela es mucha verdad. "Un paisaje de cenizas" comienza precisamente con eso, con una vida hecha cenizas, dinamitada por la Segunda Guerra Mundial y la terrible persecución que sufrieron los judíos por parte del ejército nazi. Léa Lévy, una niña de cinco años consentida por sus adinerados padres (una pareja judía de origen ruso que vive en París), es recogida por caridad en un internado católico de la ciudad de Burdeos. La niña no entiende nada y, como forma de defensa ante una realidad que la asusta y cuestiona todo cuanto ha vivido hasta la fecha, crea a su alrededor una coraza de altanería y menosprecio que la hace poco menos que insoportable para el resto de las internas.

Sólo Bénédicte, que se revela enseguida como una niña de corazón puro y visión libre de prejuicios, consigue hacerse con ella y, juntas, inventarán su propio mundo para escapar de la terrible realidad. Su amistad unirá sus destinos, las hará fuertes y será el hilo conductor de esta historia que estremece, emociona y sorprende a partes iguales.

"Un paisaje de cenizas" es una novela dura de leer y no es porque se recree en exceso en lo más terrorífico de la Segunda Guerra Mundial ni porque las niñas protagonistas pasen, como tan a menudo ocurre en otros internados literarios, por penurias relacionas con sus maestras o compañeras malintencionadas. La dureza de esta historia radica justamente en la contención con que está escrita. Élisabeth Guille nos muestra lo justo y necesario para que nuestra piel se erice de terror y nuestros ojos se acristalen de pena, y lo hace con un lenguaje nada pretencioso ni explícito de más, sino a través de la límpida mirada de una niña que no entiende cuanto ocurre a su alrededor y que deberá aprender a leer el nuevo mundo que deja tras de sí la contienda.

La novela resulta tremendamente adictiva a la vez que inquietante por esa contención que insinúa y nos deja atisbar pequeñas parcelas del Horror más puro, de aquel mismo Horror contra el que ya nos prevenía Joseph Conrad. Atrapa la historia y atrapan sus protagonistas, sobre todo la pequeña Léa que resulta a la par odiosa y enternecedora, incomprensible y justificable y que despierta un completo caos de emociones semejante al que propia niña experimenta con la destrucción de su pequeño mundo seguro. Ella es el centro alrededor del que pivota toda la narración y a través suyo podemos llegar a imaginar hasta qué punto debió ser difícil rehacerse después de la destrucción que supuso la 2ª Guerra Mundial para muchos de sus supervivientes.

Esta es la historia de una de esas supervivientes y un alegato contra el olvido que, en ocasiones, conllevó el paso del tiempo tras la masacre. Léa no olvida y no perdona y su vida, como el acertado título nos señala, no es más que un paisaje de cenizas al que intenta dar sentido con los escasos medios que la pérdida deja a su alcance.

En resumen, esta es una novela que no se olvida, que se lee rápido y se reflexiona despacio, con un final que, sin ánimo de destripar nada, da el último puñetazo en el pecho que deja al lector sin aire mucho después de haber cerrado el libro.

Uno de los libros más impactantes que he leído en mucho tiempo.

Todavía lo sigo pensando.

Ana Vanesa Cremades

 

 

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