Anika entre libros

Un país bañado en sangre

Ficha realizada por: Darío Luque
Un país bañado en sangre

Título: Un país bañado en sangre
Título Original: (Bloodbath Nation, 2023)
Error loading MacroEngine script (file: ObtenerAutoresResenya.cshtml) Editorial: Seix Barral
Colección: Los Tres Mundos Ensayo


Copyright:

© 2023, Paul Auster (por el texto)
© 2023, Spencer Ostrander (por las fotografías)
© 2023, Benito Gómez Ibález (por la traducción)
© 2023, Editorial Planeta, S.A

Traducción: Benito Gómez Ibáñez
Ilustraciones: B/N
Edición: 1ª Edición: Enero 2023
ISBN: 9788432241581
Tapa: Blanda
Etiquetas: autobiográfica violencia ensayo historia de Estados Unidos Estados Unidos América libros ilustrados literatura estadounidense reflexiones matanzas reales armas víctimas tiroteo sangre fotografías
Nº de páginas: 192

Argumento:

Según las estadísticas, actualmente hay 393 millones de armas de fuego en poder de residentes en Estados Unidos. Más de un arma para cada hombre, mujer y niño a lo largo de todo el país. Estas armas son, además, la causa de muerte de unos cuarenta mil norteamericanos cada año, y provocan alrededor de ochenta mil heridos anuales. Son millones de vidas marcadas directa o indirectamente por la violencia de las armas, un problema de primer orden en los Estados Unidos. Tomando estos datos como punto de partida, el novelista Paul Auster revisa sus experiencias biográficas y revisita los lugares comunes del pueblo norteamericano -su historia, su Constitución y sus derechos- en busca de las cicatrices que las armas de fuego han provocado en la memoria colectiva.

En "Un país bañado en sangre", Auster trata de dar respuesta al dolor de las víctimas y a un pensamiento que recorre el país de costa a costa: ¿por qué la sociedad norteamericana es la más violenta del mundo occidental? Como acompañamiento al texto, el libro incluye las emotivas e impactantes fotografías de Spencer Ostrander, que retratan el emplazamiento de más de treinta tiroteos masivos ocurridos en las últimas décadas.

 

Opinión:

 

Cuando uno piensa en las escenas más estereotípicas y recurrentes del cine norteamericano, automáticamente se le vienen a la cabeza dos imágenes: la mítica persecución en coche y el tiroteo. Son dos escenas que difícilmente se dan en el cine europeo o de otros países, la primera por cuestiones meramente geográficas y la segunda porque existen en la mayoría de países occidentales unas leyes y un estilo de vida que dificultan el acceso de civiles a las tan temidas armas de fuego. En el caso de los Estados Unidos, en cambio, ciertas dinámicas políticas y sociales parecen condenar a la población a una vida temeraria en la que las muertes por heridas de arma de fuego equivalen al número de muertes causadas por accidente de tráfico. Las armas son en América una herramienta doméstica, un deporte y un método de defensa -cuando no de ataque-. Consciente de este problema que tantas vidas se lleva por delante cada año, el novelista Paul Auster explora en "Un país bañado en sangre" las grietas que las armas han causado en su historia como pueblo.

El autor, famoso por novelas tan emblemáticas como "La trilogía de Nueva York" y "El Palacio de la Luna", abre el ensayo con un tono autobiográfico inusual en su obra narrativa. Como todo norteamericano, y pese a no haber poseído jamás una pistola de ningún tipo, Auster es capaz de reconstruir la crónica de sus encuentros y desencuentros con las armas de fuego. Sus recuerdos más lejanos se remontan a la televisión, pero la ficción no tardaría en ser desplazada por la curiosidad de un adolescente que llegó a disparar una carabina de calibre 22 en el campo de tiro de un campamento de verano y, no mucho después, una escopeta de dos cañones en un juego de tiro al plato. En cualquier caso, el lector que se haya sentido atraído por el reclamo autobiográfico con el que se promociona este ensayo encontrará en los primeros capítulos lo que busca: la controvertida y morbosa historia de una familia, la del propio Auster, cuya paz se vio interrumpida para siempre por culpa de las armas. En enero de 1919, dos años después de su divorcio, el abuelo de Paul Auster regresó a su casa familiar en Kenosha con el pretexto de entregar unos regalos a sus hijos. Su exmujer, la abuela del autor, aprovechó esta visita para disparar con una pistola contra su esposo, asesinándolo a sangre fría. Tras un escueto juicio, ella fue absuelta por motivos de locura temporal y pudo volver a rehacer su familiar, adoctrinando a sus hijos para que no dijeran ni una palabra del asesinato.

Sólo después de esta confesión, con la que Paul Auster se presenta a sí mismo como víctima indirecta de la violencia de las armas, puede el autor adentrarse en el verdadero cometido del ensayo: desentrañar el papel de las armas de fuego en la invención de los Estados Unidos de América y en la construcción del imaginario histórico y social del país. El propio autor reconoce que los ejes del ensayo deberían ser la Asociación Nacional del Rifle, la Segunda Enmienda y el movimiento por el control de las armas de fuego, pero prefiere adentrarse antes en una complicada y rigurosa crónica histórica del país a partir de su relación con las armas: la institución de la esclavitud y la instigación del miedo, la Guerra de Secesión, los conflictos éticos y ontológicos que subyacen tras la Declaración de Independencia, los sacrificios de los negros para la consecución de derechos y libertades, la Ley Nacional sobre Armas de Fuego de 1934, la Ley Sullivan, etc.

Finalmente, los últimos capítulos de "Un país bañado en sangre" exploran la historia de las matanzas en los Estados Unidos, entendiendo con este concepto los tiroteos en los que han muerto más de cuatro personas. Auster nos recuerda, entre otros, el asesinato en 2012 de veinte niños pequeños y seis maestros en la escuela de primaria de Sandy Hook, en Newtown, Connecticut; los siete muertos y catorce heridos del campus de Santa Bárbara de la UC en Isla Vista, California; los nueve heridos y diez muertos en 2015 en el centro de estudios superiores Umpqua de Roseburg, Oregón, o las decenas de muertos y heridos en el instituto Marjory Stoneman Douglas, de Parkland, Florida, en 2018. Sirviéndose de las impactantes fotografías de Spencer Ostrander, que retrata el emplazamiento de más de treinta tiroteos masivos ocurridos en las últimas décadas, Auster apela directamente a la emotividad de los lectores para poner ya no a los asesinos, sino a las víctimas, en el centro de la reflexión.

"Un país bañado en sangre" es un libro necesario que, pese a no proponer soluciones, como mínimo diagnostica un problema de primera magnitud al que tarde o temprano deberían enfrentarse los gobiernos de Estados Unidos si quieren seguir luchando por la democracia.

 

Darío Luque

 

 

 

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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