Anika entre libros

un americano

Ficha realizada por: Patricia Esteban Erlés
un americano

Título: un americano
Título Original: (an american type, 2011)
Autor: Henry Roth
Editorial: Alfaguara


Copyright: © The Henry Roth Literary Properties Trust, 2010
© Alfaguara, 2011
Traducción de Mariano Antolín Rato
1ª Edición, 2011 ISBN: 978420407210
Etiquetas: autobiografía autobiográfica autobiográfico autores biografía book ebook e-book escritores estadounidenses libro electrónico literatura americana literatura estadounidense literatura norteamericana norteamericanos

Argumento:

Novela póstuma de Henry Roth, un atípico escritor sumido durante toda su vida en la construcción de su propia identidad, como autor y como norteamericano, que cuenta las andanzas de su alter ego, Ira, que enviuda muy anciano y rememora algunas escenas cruciales de su vida en común con M., trasunto de su esposa Muriel Parker. En ese viaje al pasado el personaje desanda también el camino de su propia existencia, de sus altibajos como novelista y amante de una mujer mayor que él que lo protege y de su huida a Los Ángeles, en busca de una dignidad perdida y una creación artística propia.

Opinión:


Me pareció sensacional el  comienzo de esta novela, sobre todo una imagen que aparece en las primeras páginas, la de la joven pareja que acaba de enamorarse y contempla una carrera de caballos, en la distancia. Uno de los animales, el más hermoso y veloz, se rompe una pata durante la competición, y debe ser sacrificado. Los dos enamorados presencian el fin de esa vida noble, de esa criatura primaria y poderosa, con el horror de aquellos a quienes les es revelado de pronto el sentido de un símbolo aciago. Pensé, mientras devoraba la narración de ese momento, pleno de verdad, de poesía, que había encontrado a un autor formidable, a uno de esos grandes contadores de historias que se nos quedan dentro ya para siempre, que pasan a ocupar un lugar de honor en nuestras estanterías. Lamento decir que al continuar la lectura de la novela fui poco a poco dejando de sentir aquella maravillosa impaciencia, aquel irrefrenable deseo de devorar cada página.

Un americano es un borrador mastodóntico, de casi dos mil páginas,  que fue a caer en  manos de un editor entusiasta de Roth. Este dedicó a la encomiable tarea de reconstruir la obra póstuma de un escritor atípico, caído en el olvido absoluto y rescatado años después, gracias a la reedición en bolsillo de su novela  Llámalo sueño.

Tal y como apunta el propio responsable de esta edición, Willing Davidson, la suya es una tentativa de recrear el texto que hubiera, quizás, querido publicar Roth, pero, desde luego, en muchas ocasiones es evidente que tenemos entre manos un borrador, una pieza prometedora, pero hilvanada con más entusiasmo que aciertos. Al ritmo moroso de la primera parte, en la que Ira, el escritor treintañero que pasa una temporada como becario en un refugio para creadores, un Edén de jóvenes promesas donde conoce a M., la esbelta pianista rubia por la que dejará a Edith, su amante y protectora hasta entonces, se le oponen una velocidad frenética y una narración fragmentaria, muchas veces convulsa, un goteo de personajes que aparecen y desaparecen sin más que no me han dejado disfrutar de la novela como habría querido.

Cierto que en ocasiones el pulso de Roth deslumbra y que entonces nos entrega algunos momentos literarios arrebatadores, pero no será hasta las páginas finales, hasta esa elegía del anciano que se despide de la que ha sido su mujer durante medio siglo, cuando el lector vuelve a sentir que se reencuentra con el  autor del episodio del caballo, con su grandeza de entonces. El viaje de Ira a Los Ángeles lo es también  hacia sí mismo. Parte en busca de su propia forma de contar y de su propia dignidad como hombre y americano, cubriendo la trayectoria de un boomerang y regresando, después de un tiempo de penurias, de pequeñas miserias cotidianas, al punto en el que dejó su vida y a la ciudad de Nueva York, sin haber cumplido con ninguna de sus metas. La novela narra ese ir y venir, esa búsqueda de la individualidad de un hombre débil, pasivo,  predestinado a vivir de una mujer, a apoyarse en ella sentimental y artísticamente.

En paralelo, la indagación sobre lo que supone ser americano en un país sumido en la Gran Depresión es el telón de fondo, el contexto histórico que transita Roth, y en el que sitúa a su personaje, casi como a un pícaro, como a un vividor a salto de mata que durante su fantasmagoría de exilio conoce y olvida a multitud de personajes, sumidos en una existencia igualmente precaria. Sólo M., la dorada y paciente M., parece brillar en medio de una sociedad árida, escalonada, llena de resentimientos que azotan por igual a los judíos acomodados, los inmigrantes desposeídos, los negros parias.

En definitiva, la de Roth es una novela que nos deja adivinar aquello que pudo haber sido, si el autor hubiera dispuesto de tiempo para construirla y darle la entidad que merecía.

Patricia Esteban Erlés

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