todavía estoy aquí

Opinión:

La enfermedad del Alzheimer afecta cada día a un número mayor de personas en todo el mundo y, aunque la medicina está haciendo importantes progresos es seguro que no conseguirá una cura en los próximo 10 o 15 años, aunque lo que sí logrará será convertir una enfermedad temible en otra crónica cuyos síntomas podrán detenerse.
 
Sin embargo, a fecha de hoy, cuando un doctor nos ofrece un diagnóstico de demencia para alguno de nuestros familiares, el pesar se apodera de nosotros como si fuera el fin del mundo, tanto para las personas que tengan que cuidar al enfermo como para el propio enfermo. Con esta obra, Todavía estoy aquí, John Zeisel nos plantea un punto de vista diferente para convivir con el Alzheimer día a día sin que acabe con los familiares y consiguiendo hacer que el paciente viva una  vida feliz.
 
El autor, a través de su experiencia, nos plantea una nueva forma de enfrentarnos a la enfermedad y utiliza su libro para contarnos qué podemos hacer y cómo. Para él, un enfermo de Alzheimer no es una vida que se acaba, es una vida que comienza… pero desde unos parámetros nuevos, desde un constante “vivir el presente” y propone vivir ese presente de una forma plena.
 
Consigue otorgar una gran humanidad a la enfermedad y a los enfermos utilizando una prosa de fácil comprensión tanto cuando expone los principales síntomas de la enfermedad como cuando se adentra en la psicología para desarrollar su tesis.
 
Ha logrado escribir un volumen eminentemente práctico, como si de una guía se tratara. De tal forma que el cuidador, sea un enfermero o un familiar, puede seguir sus indicaciones para facilitar el día a día tanto del enfermo como el suyo propio. Para John Zeisel estos pacientes, antes que enfermos son personas y defiende que durante los primeros años de la enfermedad, la persona afectada continúa siendo socialmente válida.
 
Esta obra esclarecedora y tierna contiene un mensaje de optimismo al convertir al Alzheimer en un enfermedad incurable, pero tratable. 
 
Todavía estoy aquí es un ejemplar para leer despacio, incluso releer, y tenerlo como libro de cabecera. Gana enteros a medida que se acerca al final, donde sus ejemplos son más numerosos y útiles.
 
Me gustaría finalizar la reseña con una frase extraída directamente del libro que podríamos poner en boca de cualquier enfermo de Alzheimer: “Tengo sentimientos, pensamientos y la necesidad de expresarme y seguir comprometido con la vida”; ahora entiendo porqué mi abuela ya no habla mucho, como hacía antes, pero siempre que puede me coge la mano y me dice que me quiere. Y ahora entiendo que yo también debería decírselo cuantas veces me apetezca sin avergonzarme y sin importarme lo que piensen los demás. Un único “te quiero” la ayuda a ella y me ayuda a mí a continuar viviendo con plenitud.
 
Para John Zeisel, la enfermedad del Alzheimer es una enfermedad de amor.
 
Gemma Nieto