Thornhill. Orfanato para chicas

Opinión:

"Thornhill. Orfanato para chicas" me ha sorprendido MUY gratamente. La edición, fantástica. El texto, muy bien, creciendo en tensión conforme avanza la historia. La ilustración, maravillosa. Luego daré más detalles.

Son dos novelas en una y en dos líneas temporales distintas, pero tienen el orfanato como nexo en común. Por una parte la autora se ha currado un relato de terror escrito en el que comienzas sintiendo pena por una cría con mutismo selectivo que sufre bullying y que dedica sus horas muertas a la creación de muñecas, y acabas sintiendo la angustia y la tensión nerviosa de la protagonista porque conforme avanza su historia vas viendo que a la otra chica parece haberla parido el mismísimo diablo. Al llegar a esa parte -avanzada la historia- entendí por qué J. A. Bayona dijo de ésta "Me hizo sentir un miedo genuino y me conmovió profundamente. Espeluznante y tierna". Sin admitir que me ha dado miedo -porque ninguna me da miedo- reconozco que tiene razón en todo. Si te paras en los detalles, es espeluznante y tierna.

La segunda parte es un comic sin palabras, una historia ilustrada en la que sólo leemos algo cuando nos acercan a un periódico (detalle importante) o al diario de Mary Baines. La ilustración, en blanco y negro con tonos de gris, es oscura, a veces tenebrosa, lenta pero certera. Poco a poco cuenta su propia historia y es perfectamente comprensible.

La novela se sostiene con pocos personajes. Mary y la compañera maltratadora son los principales. Antagonistas. Enemigas. Una por ser la diana de la otra. La otra es la maldad personificada, digna de ser nominada como hermana de Damien. Kathleen trabaja en la cocina y es la única adulta que realmente no se deja engañar por la mala y protege a Mary. Jane y Pete son los adultos responsables de cuidar a las niñas, pero para ellos Mary es la rara, y desde luego están muy lejos de comprenderla. El resto de personajes están de relleno: las otras niñas siguen a la villana y maltratan también a Mary, y el médico, que aparece en un momento dado, da pie a una de las imágenes más espeluznantes de la historia. Sutil, pero espeluznante.

Es muy curioso pero Mary (y la autora) se refiere a la otra siempre como Ella, curiosamente el nombre de la protagonista de la historia ilustrada: Ella. Si le das la vuelta a la tortilla podrías convertir esta historia en otra historia: Mary podría ser la mala. Un juego de palabras e imágenes muy, muy interesante.

Es básicamente juvenil, muy del estilo de "Blackwood" de Lois Duncan. Al ser una protagonista muy joven y ser ella quien narra en primera persona -porque es un diario lo que leemos- tienes la impresión de que es una narración joven, pero lo cierto es que la historia esconde una oscuridad muy, muy negra. Esto hace que los adultos la valoremos también y disfrutemos de la novela.

Puede que tenga más de 500 páginas pero se lee en dos ratos y, como he dicho, se disfruta mucho.

Un gran trabajo de Pam Smy que ha encajado a la perfección dos historias: la de texto y la que nos muestra con ilustraciones, una paralela que termina por fundirse con la escrita.

Anika Lillo

Foto homenaje: