The Phantom. El Hombre Enmascarado 1961-1963. El mercado de esclavos de Mucar

Opinión:

En otras ocasiones, hablando de orígenes de superhéroes, hemos comentado que, literariamente, podríamos considerar a Doc Savage, el Hombre de Bronce, como el primero de ellos. Pero en la faceta cómic, podemos situar a El Hombre Enmascarado como el primer proto superhéroe; cumple todas las características del superhéroe, tales como el "pijama oficial", el antifaz con los ojos en blanco, y los poderes (en este caso, la supuesta inmortalidad y, por consiguiente, invulnerabilidad, además de las evidentes de fuerza, técnicas de lucha, etc). Además acumula una mitología muy propia de la superheroica, y unos ayudantes y acompañantes, muy propios del posterior universo de los superhéroes. También podemos comentar su identidad secreta, en el más puro estilo que los posteriores superhéroes utilizarán (Kit Walker).

Las tiras de prensa donde apareció por primera vez comenzaron a publicarse en 1936, y las dominicales las acompañaron a partir de 1939. Ha aparecido en prácticamente todos los medios audiovisuales, con mayor o menor fortuna, ya sea solo, junto a otros personajes de cómic, más o menos actualizado, etc. (cómic, series de televisión, películas de cine, novelas, musicales etc). Podríamos decir que, al igual que en la ficción,  el hombre Enmascarado, The Phamtom, El Duende que Camina… goza de, si no inmortalidad, al menos de una vida larga, muy larga, que aún hoy en día se prolonga, y que queda en el imaginario colectivo de generaciones y generaciones.

El volumen que nos ocupa, recopila las tiras publicadas entre 1961 y 1963; es decir, cuando ya llevan 25 años siendo publicadas, desde su creación, como comentamos, en 1936. Coincide esta etapa con el cambio de dibujante, entrando como tal Sy Barry, hermano de Dan Barry, por entonces ilustrador de las tiras de "Flash Gordon";  por tanto, Syd ya estaba más que curtido en estas lides, dado que había colaborado con Dan tanto en Flash Gordon, como en otros trabajos. Aunque al principio Syd mimetiza el trabajo del anterior, Wilson McCoy; sin embargo, pronto comienza a trabajar con su propio estilo, altamente influenciado por su hermano Dan, y las tiras de Flash Gordon. Con eso, el dibujo se afianza mucho más, se acerca a un estilo cinematográfico con diferentes planos en cada tira (picados, contrapicados, primeros planos,…), lo que mejora las escenas de acción, y se establece un ritmo más ágil. Esto también se debe a las labores del guionista, que desde el principio desea innovar y experimentar, concibiendo un dramatismo heredado de su formación teatral

Lee Falk, creador y guionista, aprovecha todo este cambio para, asimismo, introducir otra serie de cambios a nivel argumental. Los tiempos han cambiado, y lo que en décadas pasadas era comúnmente aceptado, comienza a "chirriar", por lo que el autor decide renovar y modernizar tanto los argumentos, como las situaciones y a los personajes que rodean al protagonista. La esencia sigue ahí, el personaje central (El Hombre Enmascarado, El Duende que Camina, El Fantasma que no duerme) es básicamente el mismo (el número 21 de una estirpe que ha jurado luchar contra los criminales), su leyenda es la misma (es inmortal, a través de las épocas siempre es el mismo), sigue llevando dos pistolas, que no usa para matar, siempre está acompañado por un perro lobo (Satán) y su caballo blanco (Héroe); es ayudado, y protegido (son los únicos que conocen la verdadera naturaleza de El Hombre Enmascarado) por los pigmeos bandar (temidos en toda la selva) y su jefe Guran, asi como por la Patrulla de la Selva de la que El Fantasma es coronel… anónimo. También tiene prometida, Diana Palmer que desde un principio está creada alejada de los estereotipos de damisela en apuros a la que hay que rescatar; sin embargo, y a pesar de ello, con todo el cambio que estamos comentando, pasa de ser una aventurera, exploradora, chica adinerada, nadadora olímpica… a tener un trabajo relevante como enfermera de la ONU.

En este cambio, Falk aprovecha para modernizar todo el entorno del protagonista y, por consiguiente, sus historias. Pasan de ser prácticamente folletines de lucha contra piratas en un entorno colonialista, donde el poder lo ejerce el militar blanco, a unas aventuras en un mundo más abierto, donde la ONU tiene un gran peso, y la industria ha entrado, para bien o para mal, en Bengalla (escenario de la acción). Además, las tribus ya no son meros salvajes, si no que están al tanto de la actualidad mundial y algunos de sus integrantes participan activamente de la vida del mundo moderno.

Las cuatro historias que nos presenta este volumen son un claro ejemplo de lo que venimos comentando y asistiremos a un caso de trata de esclavos en la que están involucradas altas instancias, tanto del "hombre blanco" como de los jefes locales; una epidemia en la que la ONU toma cartas en el asunto, enviando una delegación médica en la que se encuentra la prometida del Fantasma; una organización de extorsión a comerciantes, en la que nuestro protagonista tiene que intervenir, y un golpe de estado en el que la ONU tiene que pedir al fantasma que intervenga para intentar solucionar la crisis, y en la que éste precisa la ayuda de las tribus afectadas por dicho golpe. Como vemos, temas mucho más actualizados (a la época) y más generalizados que los utilizados anteriormente, donde se moderniza todo el entorno del protagonista, corrigiendo ciertos anacronismos y toques racistas y proteccionistas y que cuentan con la ayuda de un dibujo mucho más ágil, con mejores escenas de acción, y un detallado uso de los fondos, tanto del interior de la selva, como de otros entornos más urbanos, pero sin renunciar a toda la mitología e iconografía que venía acompañando a la serie desde hacía más de dos décadas (los dos anillos del fantasma, el de la calavera como símbolo de castigo, y el de la cuádruple P que simboliza protección; la cueva de la calavera donde reside, los pigmeos que le ayudan y que son los únicos que saben su secreto; Satán y Héroe, Diana Palmer, la Patrulla de la Jungla…).

Acompaña a este volumen el comentario/estudio del director de la colección, Rafael Marín, y las fichas biográficas de Lee Falk y Seymor "Sy" Barry.

Imprescindible.

J. Javier Arnau