Spider vol. 3

Opinión:

En la anterior reseña, la del volumen 2, comentábamos ciertos temas acerca del dibujo y del aspecto de Spider. En cuanto al dibujo dijimos que, debido a la carga de trabajo de los artistas, aquí se pasó de unos fondos detallados a, en ciertos momentos, usar una trama de líneas. En este tomo, aunque se sigue con esa trama, veo que se vuelve bastante a menudo a detallar los fondos. En realidad, como dijimos en su momento, nunca se abandonaron, pero se usaron muy frecuentemente las líneas. En esta ocasión, tal vez "obligado" por el guion, el ilustrador ha tenido que reducir las tramas e implementar más fondos. Digo que tal vez obligado porque los dos arcos argumentales que componen este tomo hace que el protagonista viaje a ciudades de inspiración oriental, a ruinas de ciudades futuristas, a mundos perdidos, etc., o que esté muy presente la tecnología, con diversos inventos, aparataje y maquinaria; todo ello (además de tener que dibujar la guarida de Spider, los vehículos, las localizaciones en la ciudad, etc) exige un dibujo más detallado, que hace que el uso de las tramas se dé en menor medida que, tal vez, en ocasiones anteriores.

Por otro lado, como digo, el aspecto de Spider ha sufrido un cierto cambio; evidentemente su icónica, incluso diría que bizarra, imagen sigue siendo perfectamente reconocible pero sus rasgos, ahora que ya es oficialmente un superhéroe que lucha por el bien de la humanidad, se han suavizado un tanto (también es verdad que tras dos volúmenes de historietas, ya nos hemos acostumbrado al extraño aspecto). Igualmente, su trato con los que lo rodean se ha suavizado también, aunque aún le quedan ramalazos de lo que fue y dicho trato es a veces, como mínimo, bastante arisco.

Este volumen presenta dos arcos completos, casi complementarios, pues si en el primero ("Contra el Genio del Crimen") prima la magia por encima de la tecnología, en el segundo ("Contra Spider Boy") la ciencia y la tecnología campan a sus anchas, y está repleta de inventos, ciencia, máquinas, robots, mecanismos...

En ambos aparecen genios (además de Spider, claro está), pero en la primera aventura es un genio de los de las mil y una noche, de los aprisionados, en este caso, en una botella, mientras que en la segunda es un genio científico que pone sus grandes inventos al servicio del mal. Además, en las dos, ambos genios acaban deshaciéndose de sus liberadores/mentores/jefes/amos y pasan a dirigir directamente las bandas de delincuentes, poniendo por eso en serios aprietos a Spider. Es más, en la segunda tiene que lidiar también con un cierto Spider Boy (¿posible aliado/ayudante juvenil en un futuro, al más claro estilo superheroico: Antorcha Humana/Toro, Capitán América/Bucky, Batman/Robin, Green Arrow/Speedy, Flash/Kid Flash...?) y con una acusación de asesinato que pondrá en contra del protagonista a todas las fuerzas del orden y la ley.

Si ya en anteriores volúmenes comentábamos que Spider era un genio científico, un atleta superior, un luchador sin igual, un inventor sin parangón, etc, y que primaba más la aventura por la aventura, el "sense of wonder" por encima de casi todo, en este volumen esto se agudiza mucho más. Sí, a cada invento o arma que amenaza a Spider este le contrapone sus propios inventos, en algunos momentos con tecnología digamos que imposible, o sacándose el guionista de la manga giros en exceso sorprendentes que sí, posteriormente (intentará) explicará pero que en ciertos momentos hace que asistamos casi a un "deux ex machina", siempre para que Spider salga victorioso, sea lo que sea que le amenaza, por muy potente, fuerte, novedoso, incontrolable, formidable, poderoso, etc, que sea, y ya sea de índole mágica (primera aventura) o científica (segunda): da igual, Spider siempre tendrá algo adecuado para contrarrestarlo o, incluso, para ir un paso por delante de sus enemigos.

Pero esto es la aventura, la fantasía, la diversión por encima de todo; y más si la lectura era semanal, como se publicaba originalmente en las revistas, lo que hacía que se esperara con ansia la siguiente aventura, con lo que los guionistas tenían que ir al "más difícil todavía" para evitar que decayera el interés por la serie.

Poco más que decir; revisad, si os apetece, la reseña del anterior volumen y encontraréis el porqué de la estima que le tengo yo a esta serie en particular, y así veréis, además de lo leído hasta aquí, de mi valoración.

Acompaña un artículo biográfico de Steve Holland, autor y editor, sobre el escritor de la serie, cocreador, como sabréis de Superman, entre otros personajes. También la selección acostumbrada de las portadas de su publicación en España por parte de Vértice, todas ellas de López Espí a excepción de una, obra de Enrich.

J. Javier Arnau