Sombras de Ningurán

Opinión:

Otero Lastres nos ofrece una crónica familiar de dos familias gallegas, separadas desde el punto de vista económico, por lo menos desde un principio.

La historia se cuentra en dos momentos temporales. Comienza en el presente, en el momento de la exhumación del cadáver de  Romualdo García, más conocido como Mualdi; viaja al pasado, al momento del nacimiento de Mualdi y Luis Ramón; y termina en el presente con la búsqueda del cadáver desaparecido.

En las pocas páginas que tiene la novela el autor es capaz de abordar temas tan dispares como el robo de recién nacidos. las privaciones de la gente humilde, sobre todo, durante la postguerra, el enriquecimiento de algunas persona por poseer información privilegiada gracias a tener conocidos en puestos determinados, algo que sigue ocurriendo a día de hoy, la burbuja inmobiliaria y la crisis actual.

Al mismo tiempo, el autor nos ofrece un retrato paralelo de las dos Galicias que aún siguen conviviendo: la Galicia urbana, moderna y progresista y la Galicia rural, más cerrada, supersticiosa y, muchas veces, llena de envidia (y esto lo puedo decir no sólo por lo que he leído de la novela, sino por propio conocimiento).

Lo que caracteriza esta historia es la viveza y realismo de los personajes. En ningún momento aclara el autor si está basado en algún hecho real, pero bien podría haber ocurrido lo que aquí se cuenta. Los personajes son muy reales, cercanos, con sus alegrías y tristezas, sus miserias y noblezas; además el autor consigue plasmar en ellos un profundo conocimiento del ser humano, lo tal vez se deba su profesión como abogado.

A pesar de estar narrada en dos momentos temporales diferentes, la historia acaba confluyendo, pues todo tiene un porqué. La trama principal, que sirve para aclarar muchos aspectos de lo que sucede en el presente, ocurre en el momento pasado. Así vemos como transcurre la vida de los dos hermanos separados nada más nacer. Uno disfrutando de una vida holgada mientras el otro tiene que luchar por hacerse un sitio en la vida. Sin embargo, a través de ambos vislumbramos el oscuro camino del poder y de la corrupción.

El libro se lee muy rápidamente. Es una historia con muy pocos diálogos. El lector se sentirá como si alguien le estuviese contando, durante un café, los hechos que le han ocurrido a un conocido.

Sin embargo, como gallega que soy sí hay una crítica que tengo que hacerle al autor, que también es gallego. En Galicia hablamos de Costa da Morte, se conoce así y no debería ser traducido por Costa de la Muerte. Creo que cualquiera que no viva aquí es capaz de entender y ubicar cuál es la zona de la que se habla.

Mila L. Castelo