Mandarina, una semana sí y otra no

Opinión:

Podríamos decir que esta novela gráfica normaliza la separación de una familia, la ruptura de la unidad familiar al separarse los padres. Sin quitarle hierro al asunto, pero mostrando que es una cosa que puede pasar y que no tiene por qué acabar mal.

Sinceramente, en esta época de maltratos, asesinatos de mujeres por sus parejas y de niños por sus padres, ya sea padre o madre, esta novela gráfica se hace bastante necesaria para hacernos ver que la vida puede seguir sin necesidad de grandes dramas; es más, como se comenta en sus páginas, "suspendieron el matrimonio pero aprobaron la separación", al mostrarnos que se puede ser amigo, incluso llevarse mejor tras la separación que durante el matrimonio, sobre todo si se mantenía unido solo por los hijos. Eso puede llevar a tensiones, a que no se muestren todos los sentimientos, a que la presión haga que todo estalle, y que puede ser mejor reconocerlo, dar el paso y llegar a una separación no traumática para ninguna de las partes. Todo eso, combinado además con la comprensión del mundo que rodea a la protagonista (Mandarina, la hija), y la normalización por parte de su entorno, es lo que vamos a leer en las páginas de este tomo.

Todo eso ayuda a que Mandarina no se traumatice, que lo vaya asumiendo y que vea que sigue contando con el cariño de sus padres, su familia y de sus amistades, en especial de su amiga íntima. Además, se introduce aquí un cierto elemento fantástico en la figura de un tejón insomne que adora el jazz, que será amigo y, en cierta medida, guía de Mandarina.

El volumen se articula en forma de capítulos de diversa extensión a modo de historietas autoconclusivas, en las que vemos la vida de Mandarina con cada progenitor, y en su día a día con su amiga y en sus actividades cotidianas; aun así, no hay que confundirse, más que autoconclusivas pensad en ellas como entregas de tiras de prensa (por poner un símil), en las que la unión de la totalidad conforma un todo, una historia global que es la que tenemos entre manos.

Este tomo va dirigido al público juvenil; por todo lo que he comentado, y por la manera en la que se desarrolla la historia y la forma de contarla, lo veo totalmente adecuada para ese público (más, con la introducción del tejón amante del jazz), pero asimismo también (otra vez por lo comentado al principio), para adultos. Para todos, para que puedan ver que a veces es mejor acabar con lo que no funciona para no generar tensiones, situaciones irritables, para no llegar a condiciones donde la tensión haga explotar todo; que es preferible tomar decisiones que, aunque puedan parecer dolorosas, al final son la mejor opción. Y que siempre habrá quien te apoye, tanto tu familia, como tus amigos, tu entorno... o incluso un tejón con insomnio amante del jazz... (¿llegamos en ese punto a hablar de fábula...?)

J. Javier Arnau