Anika entre libros

Un amor

Ficha realizada por: Inés Macpherson
Un amor

Título: Un amor
Título Original: (Un amor, 2020)
Autor: Sara Mesa
Editorial: Anagrama
Colección: Narrativas Hispánicas


Copyright:

© Sara Mesa, 2020

© Editorial Anagrama, 2020

Edición: 1ª Edición: Septiembre 2020
ISBN: 9788433999030
Tapa: Blanda
Etiquetas: contemporánea narrativa literatura española novela corta relaciones personales vida rural parejas aislamiento prejuicios soledad tabús deseo comunidad
Nº de páginas: 192

Argumento:

Nat es una joven traductora que decide abandonar la ciudad para trasladarse a La Escapa, un pequeño núcleo rural con pocos habitantes y con el monte Glauco de fondo. Se trata de una comunidad pequeña, formada por el hombre que le alquila la casa, un tipo brusco y desagradable, el hippie Píter, el alemán Andreas, una familia de ciudad que pasa los fines de semana y algunos festivos allí, la joven dependienta de la tienda y una pareja de ancianos.

La nueva vida de Nat parece sencilla: dedicarse a la traducción literaria, arreglar la casa, que está en mal estado, y educar al perro algo salvaje que el casero le ha dado, Sieso. Conversaciones con la dependienta, consejos de vecinos para arreglar el huerto, alguna reunión en casa de uno de los vecinos... Todo parece normal, pero hay cierta extrañeza, cierta opresión y tensión que harán que Nat se encuentre en situaciones y relaciones que la obligarán a enfrentarse a la realidad de la comunidad en la que habita, pero sobre todo a enfrentarse a sí misma y a sus propios sueños y fracasos.  

 

Opinión:

 

Es posible que uno, al leer el título de la nueva novela de Sara Mesa, piense que se adentra en una historia de amor. Pero esa palabra solamente aparece en el título. Entre las páginas de "Un amor" no encontramos un viaje hacia los entresijos románticos de una relación; tampoco nos adentramos en los conflictos de una pareja o de una familia. Y sin embargo hay relaciones humanas. Lo único que ocurre es que el amor, como lo entendemos normalmente, no parece que forme parte de ellas.

La historia de Nat empieza como empiezan muchas historias románticas: una joven que decide cambiar de vida y que abandona lo que conoce para encontrarse a sí misma y, por el camino, encontrar también el amor. Sin embargo, aquí el ambiente no es tan acogedor como en esas historias ni hay un galán que entre en el juego de seducción clásico. Entre los miembros de la comunidad hay cordialidad, pero no hay afecto. Hay curiosidad, pero no hay interés real por el otro. Hay una serie de normas establecidas para cohesionar el grupo, pero se trata de un grupo que no parece tener nada que lo una realmente, más allá del espacio compartido.

En este marco físico y relacional, Nat se dedica a superar los retos que se ha autoimpuesto y los que se encuentra por el camino: enfrentarse a la traducción literaria por primera vez; conseguir adiestrar a su nuevo perro, Sieso; arreglar la destartalada casa que ha alquilado mientras lidia con las intrusiones del casero, un hombre tosco, que desprecia a las mujeres y que incomoda desde la primera página con su presencia, su actitud y su manera de hablar, y congeniar con sus vecinos. Sin embargo, todo eso pasará a un segundo plano cuando Nat se descubre a sí misma recorriendo el camino del deseo desde un lugar extraño, desde una posición que nos permite observar un curioso juego donde se ponen sobre la mesa estereotipos, ideas preconcebidas sobre las relaciones, el placer o la intimidad, y donde la pulsión, el poder y las expectativas románticas se mezclan de una forma inteligente y sutil.

Esta novela no busca ser un retrato de una comunidad rural, sino de una comunidad humana. El aislamiento ayuda a que las tensiones que se establecen sean más hirientes, más frías y a la vez más claras. Lo interior y lo exterior aquí caminan de forma paralela: vemos los pasos que llevan a una persona a situarse en una extraña posición de víctima tanto en el terreno más personal como en el relacional, incapaz de ser, de defenderse o definirse más allá de la mirada del otro. Escrita con un estilo que busca transmitir la frialdad del ambiente, "Un amor" vuelve a demostrar que Sara Mesa sabe cómo trabajar la psicología de los personajes para situarnos ante un comportamiento que sabe jugar con la ambigüedad y los límites. La superioridad moral e intelectual, la vulnerabilidad, el deseo físico, el poder del cuerpo, de la juventud, los roles, las expectativas, la humillación o la dependencia se entremezclan en estas páginas con los tabús y los prejuicios para crear un espejo entre lo íntimo y lo social. Y curiosamente, mientras eso ocurre, mientras discurre lo humano, somos conscientes de la presencia de Sieso, el perro, y de su comportamiento. Quizá Sara Mesa nos lo ofrece como otro tipo de espejo, como una metáfora de esa lucha entre el instinto y la obediencia, entre el amor acotado y lo salvaje, donde la figura de la víctima adquiere diferentes matices y miradas.

Tal vez "Un amor" no hable del amor estereotipado, pero sí que habla de lo humano, de los conceptos morales con los que a veces las personas se visten y se desvisten según convenga y de la forma en que a veces nos situamos en un lugar doloroso, nos rendimos y nos vestimos de sombra. Un libro interesante por la manera en que dibuja los comportamientos humanos, el funcionamiento del grupo, pero, sobre todo, por su capacidad de observar la intimidad sin piruetas, casi como si nos ofreciera una disección de lo que no queremos ver.  

 

Inés Macpherson

 

 

 

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