Tomb of Terror, vol. I

Opinión:

Desde la portada se advierte el estilo que veremos en el interior, si bien la ilustración de portada es en color pero el recopilatorio está en blanco y negro -excepto algún dibujo que tiene grises, lo cierto es que prácticamente todo es dibujo delineado-. Precisamente el que más me ha gustado es el de "Grillos", la adaptación de una historia de Richard Matheson, que sí utiliza las sombras y los tonos de gris y es, además, el más realista y, para mí, el mejor dibujo de toda la recopilación. De la adaptación del guion se encargó Scott Tipton pero del dibujo, Mike Hoffman, lo que me resulta bastante curioso porque éste es el encargado también de la mayoría de historietas y, sin embargo, no presta el mismo mimo a las demás. Deduzco que es porque la historia es de Matheson y quiso currárselo más.

También hay, al final del volumen, una serie de portadas en color correspondientes a las originales, y en ellas se percibe también ese aroma vintage de las pelis de terror de serie B que tanto marcaron una época.

Las historietas son geniales, y no por su genialidad precisamente, si no porque parecen muy inocentes comparadas con las narraciones complejas que solemos ver hoy en el mundo de la literatura y el comic. Lo que más me ha gustado ha sido precisamente eso: es como tener en tus manos el inicio del terror, cuando aún no estaba todo inventado y podía sorprenderte una historia de fantasmas, sobrenatural o del más allá. En general lo cierto es que son previsibles y todas nos resultan conocidas porque para este siglo ya todo lo que hemos visto aquí se ha contado de una forma u otra, ya sea en literatura como en el cine. Pero tiene ese encanto de los inicios y a mí me ha fascinado leerlos como si mi introducción al terror naciera con ellos.

El tipo de dibujo es aquel que nos retrotrae también a épocas pasadas, cuando hacer mujeres voluptuosas y dejar bien marcadas sus zonas más sexuales era algo provocador. Hoy aún algunos ilustradores utilizan estas curvas exageradas pero en aquella época era como entrar a un kiosko a comprar la revista Playboy o Penthouse.

Lo cierto es que con todo ese aire del pasado que lo define, el recopilatorio me ha encantado.

Anika Lillo