Monstruos

Opinión:

"Monstruos" es una novela escrita por Noel Pérez Brey. El autor es licenciado en Filología Hispánica y en Administración y Dirección de Empresas. También es responsable de la Revista Literaria Visor, especializada en los distintos aspectos del relato corto.

El libro consta de cuatro partes y cada una tiene unos diez capítulos, pero lo importante es que la estructura de la historia se compone de dos líneas temporales: presente y pasado. Los dos primeros capítulos son el presente, y en ellos descubrimos que Topete, montado en un canguro como si fuera un caballo, es perseguido por la policía y, al final, detenido por el asesinato del feriante Francisco Merchán. A partir de ahí, el pasado cobra protagonismo y empieza la historia en la que, de vez en cuando, se inserta un capítulo del presente para ir construyendo poco a poco una visión completa de la trama.

Me gustaría resaltar la psicología de los personajes. Todos te sacuden, unos por ingenuos y otros por despreciables. En los líos que se mete Topete simplemente por querer demostrar ser alguien. Desde la primera página hasta la última, su obsesión es que le consideren un hombre y no un enano bufón que solo cuente para echar de comer a las gallinas y barrer la casa. Merchán, el feriante, un caradura y sinvergüenza que se aprovecha de la candidez de Topete para su bienestar y disfrute. Y Lidia, una cantante mediocre de la que Topete se enamora, es la causante, por su ambición y codicia, del peor de los desenlaces.

La ambientación temporal de la obra está muy bien lograda. Perfectamente te puedes imaginar el Madrid de comienzos del siglo XX, con las turbulencias políticas del momento, como por ejemplo, la Semana Trágica de Barcelona a finales de julio de 1909 o el intento de atentado contra el presidente del Consejo de Ministros, Antonio Maura. Menciona, como un acontecimiento extraordinario, el inicio de la construcción de la nueva Gran Vía, que convertirá a la ciudad en una gran capital europea. La alusión al café Barbieri y al restaurante Lhardy me llamaron la atención por ser todavía reconocidos.

El lenguaje utilizado también está en consonancia con el periodo que quiere ilustrar, pero no es tedioso ni difícil. Solo tuve que buscar algunas palabras porque no las conocía, sin embargo, me di cuenta de que era porque el significado ya estaba en desuso, como, por ejemplo, la palabra "simón" que significa: 1. Coche de caballos de alquiler, especialmente en Madrid. 2. Cochero que guiaba uno de estos coches. La portada ha sido todo un acierto, me ha encantado.

En más de una ocasión, durante la lectura, me he sorprendido con el ceño fruncido y eso significa que los personajes y la historia no me han dejado indiferente, y eso, para mí, ya es muy positivo. Es una novela nada inocente que me ha gustado y por eso vale la pena conseguir un ratito para leer este libro.

M. Zeta