M. Los últimos días de Europa

Opinión:

Continuación del libro -tercera entrega, todos ellos disponibles en Alfaguara- que en su momento ganase el premio Strega 2019 con "M. El hijo del siglo". Antonio Scurati (Nápoles, 1969) sigue narrando la «novela total» de Mussolini, el hombre que se creía capaz de influir en Hitler, el dictador cada vez más aislado y consciente de la fragilidad de Italia. Esta es la historia de los últimos días de una Europa que quedará irreconocible, sumida en una nueva guerra mundial tras el breve lapso de paz. Lo que el narrador plantea a medio caballo entre el ensayo y la novela es la crónica del engaño de una Italia fascista que se sometió a las leyes raciales y al pacto con la Alemania nazi en un intento de emular los caminos terribles que el país germano había tomado.

Este tercer volumen cubre fundamentalmente los años 1938-1940, los más críticos de Mussolini y del mundo. Tiempos en los que promulga leyes raciales que se volverán contra el entorno del dictador. La novela documental de Scurati reconstruye con tanta veracidad como capacidad fabuladora los hechos históricos, las intervenciones de los personajes reales y los diálogos ficticios. Detrás hay, podemos suponer, un trabajo tremendo de barrido de bibliografía periodística, histórica y archivística.

Gracias a la pericia del autor conseguiremos penetrar en el período y los personajes, siendo sin duda los puntos más importantes las relaciones entre políticas y sentimentales que se entrelazan en el círculo del líder fascista: las aspiraciones y las deslealtades de Ciano, su yerno y ministro de Asuntos Exteriores; las confidencias e intimidades de Benito Mussolini hacia su joven amante Claretta Petacci; el descubrimiento del origen judío de Renzo Ravenna, exjefe de la artillería fascista, obligado a renunciar por su origen judío; la igualmente judía Margherita Sarfatti, amante de Mussolini que caerá en desgracia y tendrá que escapar a Suiza.

Uno de los puntos que más interés tiene el autor en subrayar para el lector es el ilusorio empeño de Mussolini de influir en las decisiones de Hitler. El material, aunque sólido desde un punto de vista de respeto a la verdad histórica, tiene tantos elementos atractivos desde el punto de vista literario que puede decirse que la novela está hecha; Scurati, como en los dos volúmenes anteriores, logra un buen equilibrio entre lo documental y lo narrativo, ofreciendo un texto ameno en la que uno además tiene la sensación de estar aprendiendo mucho.

Rafael Ruiz Pleguezuelos