Los nombres propios

Opinión:

Belaundia Fu es la voz invisible que presenta, sigue todos sus pasos y disecciona a Marta hasta en sus más íntimos pensamientos. Es esa voz en segunda persona que está presente dentro de Marta en muchos momentos de su existencia.

Antes la comunicación era en los dos sentidos; pero ahora es solamente Belaundia Fu quien expresa, quien cuenta lo que va sucediendo, pues Marta la va rechazando cada vez más, en un proceso que irá a más, hasta que llegue el día en que deje de existir esa amiga imaginaria. Este sería el resumen de la evolución de Marta desde la primera infancia, pasando por la adolescencia, hasta la madurez personal.

La narración tiene mucho más detalle, ya que entrelaza pensamientos con acciones en un incesante desfile de imágenes, que se suceden sin dar respiro, formando una lectura intensa, de la que, de vez en cuando, es mejor desconectar un poco; algo así como hace Marta también, que si bien le gusta estar con la gente, hay ratos que se aleja de todo y de todos para estar sola consigo misma.

A ver, la cuestión es que el trasiego de imágenes es tan continuo que llega a saturar. Además, como cualquier mente en estado de libre asociación de ideas, salta del presente concreto donde esté en ese momento a cualquier otro instante, sea del pasado o de los futuros más o menos próximos, es decir, a diferentes años vista, tal como le recalca a Marta en varias ocasiones, que parece que le recrimine esa natural ingenuidad adolescente, ya que, para Marta, sus circunstancias son lo único importante en su momento presente y le advierte que todo irá cambiando conforme pasen los años.

Claro que para entonces, cuando llegue ese momento, es muy posible que Belaundia Fu se haya difuminado y no sea más que un recuerdo. O tal vez ni siquiera eso, que desaparezca por completo de su vida como si nunca hubiese estado ahí.

Tal como me ha parecido, "Los nombres propios" es una novela compleja, que se mueve en una relación tan cercana que su lectura puede ser algo muy parecido a mirarse en un espejo, mientras se va dando voz a toda una serie de pensamientos insidiosos que recordarán y advertirán de todo lo que podría ser, ya sea que sí o no llegue a suceder, y también de todo lo que la persona querría olvidar o, al menos, si eso no pudiese ser, mantener oculto, incluso de sí misma.

Selin