En el infierno no hay glamour

Opinión:

He de ser sincera desde el primer momento, "En el infierno no hay glamour" me ha desilusionado bastante. En una palabra, no me ha gustado nada y la razón no es otra que esta: es un libro o una historia en la que no pasa nada. Vas leyendo con la esperanza de encontrar alguna trama interesante, pero nada de nada, tan sólo una retahíla de nombres y marcas que llegan un poco a agobiar ya que no sabes si estás leyendo una novela o viendo anuncios.

La novela ha sido escrita a dos manos por Lucy Sykes y Jo Piazza, pero esto no ha bastado para crear una historia que atrape. He leído otras novelas en las que el mundo de la moda era el escenario en el que se movían los personajes, historias que tenían su miga y su interés, aquí nada. Le he encontrado varios fallos.

En primer lugar el personaje de Imogen. Sí, hay personas que viven al margen de Internet pero cuesta creer que toda una directora de una revista de moda, inmersa en este mundo, no haya oído nunca hablar de Instagram, Twitter, Facebook y demás redes sociales, que su reacción sea casi como la de ver un extraterrestre. Más que provocar una reacción cómica a mí me ha parecido grotesca y hace que el personaje sea un poco simple. Este desconocimiento de todo el mundo de Internet sería comprensible si la trama se desarrollase a principios del siglo XXI o finales del XX pero transcurre en 2015 y, encima, en Estados Unidos, ¡en pleno Nueva York!

Frente a ella está el personaje de Eve. Me ha parecido toda una trepa, un poco insulso, no se acaba de entender el porqué de que quiera quitarle el puesto a Imogen, si es por venganza o por qué. Es un personaje simple y un tanto superficial.

Otro fallo que he visto es el estilo de las autoras. Reconozco que me gustan las descripciones pero las que aparecen en esta novela no aportan nada, se pasa el rato describiendo modelitos, color de laca de uñas, I Phones y demás. No hay miga en estos párrafos. Más que aligerar hacen que la novela sea pesada. De las 428 páginas que tiene sobran más de la mitad por esa falta de interés a todos los niveles.

Una cosa positiva que le he encontrado, la única, es que se aprovecha la trama del mundo de la moda para hacer una pequeña crítica al mismo. A cómo hoy, en los grandes desfiles sobre todo, se prima el criterio de las blogueras en vez de la prensa especializada. Esto ha sido lo único que me ha llamado la atención.

Siento que la crítica sea mala pero hubiese podido ser una novela mejor con tan sólo un poco más de sustancia y de una trama que enganchase. No la recomiendo.

Ysabel M.