Domingo sombrío

Opinión:

"Domingo sombrío" es la historia de una tragedia. La tragedia de la familia Mándy. O peor aún, la tragedia de los húngaros entre 1945 y 1989, su duro letargo comunista. Combinando fragmentos del presente con flashbacks referentes a Pál (su madre), Ildiko (su madre) o a su abuelo, Alice Zeniter traza una historia de diversas tramas, de diversas tragedias, que logran su máxima efectividad en Imre, el protagonista. Entrecruzadas con la trama principal, hallamos la historia de amor (cuyo único gesto de amor es un rollito de semillas de amapola) entre Pál e Ildiko, o el aborto traumático de Ági (su hermana), o las historias sobre guerras y soldados del abuelo.

Este entramado de hilos narrativos es paralelo a un entramado similar, pero de hilos históricos. No son pocos los sucesos que, aunque no explícitos, se deducen de la lectura de la novela y configuran, en una especie de determinismo muy realista, la psicología y las acciones de los personajes. ¿Ejemplos? La era estalinista con el comunismo imperante que no permitía avanzar el país, la revolución de 1956 y la caída de la Cortina de Hierro, que supuso la llegada del capitalismo. La historia de Hungría es vital para "Domingo sombrío", aunque no son necesarios conocimientos en profundidad.  

Al mismo tiempo, considero crucial el tema de la historia para deducir su lector idóneo. Y es que toda la novela gira alrededor de un único punto central, muy explotado en la historia de la literatura: el paso de la adolescencia a la adultez. Si el comunismo representa la infancia en esta obra, el capitalismo sería la madurez; por lo tanto, historia y vida se arrejuntan para mostrarnos cómo es el paso de una etapa a la otra, con los consecuentes descubrimientos humanos. Entre ellos, no podrían faltar los primeros pasos en el amor, las incursiones temerosas en el mundo sexual, el descubrimiento de la muerte o la reflexión en torno a la amistad. 

Quizás Alice Zeniter es una escritora joven, pero tras la larga carrera que lleva ­-publicó su primera novela a los dieciséis años, "Deux moins un égal zéro" (2003)-, sus técnicas narrativas son más que envidiables. Muestra un impresionante dominio del tiempo narrativo y de los recursos temáticos para crear un auténtico drama del que el lector se llegue a compadecer. Además, es incuestionable el trabajo de investigación y bibliografía que ha hecho esta narradora francesa para ambientar una novela en Hungría en un momento histórico clave.

Es, en definitiva, una novela para quienes disfruten los dramas, las historias en las que parece que nada pueda ir peor. Literatura para compadecerse.

Darío Luque