Diccionaria

Opinión:

Todos hemos dicho alguna vez (yo, muchas) por qué un coñazo es una cosa aburrida y algo cojonudo es algo genial. Al menos todos los que somos conscientes de la misoginia y el machismo del lenguaje español. De eso va este libro, del lenguaje que utilizamos (aún, estoy hasta los ovarios de escuchar a chicas decir "estoy hasta los huevos" o el ya tan odioso "tío" cuando hablan con otra mujer ¿es que aprenden a hablar escuchando a los hombres dirigirse a otros hombres o qué?).

Este es un libro encuadernado en tapa dura, curioso, de diseño, letra grande, que usa los colores para separar las letras del abecedario pero también para incluir algún que otro dibujo. Sus colores, el rojo y el negro.

De vez en cuando, una propuesta de visualización con los ojos cerrados, y en páginas centrales un espacio único dedicado a Lilith, la primera mujer de Adán.

Maravillosa la página dedicada a la palabra IGUALDAD. Normalmente, a menos que se trate de algo especial, en la parte de la izquierda aparecen las definiciones referentes al mundo femenino, y en la derecha, al masculino. Pues bien, en esta se lee lo mismo pero en dos tamaños distintos y cuando te das cuenta del por qué es como un puñetazo de realidad. También tiene su gracia.

Otras páginas utilizan solo una palabra para ambos sexos, o solo para uno de los dos (como "mantis" o "mansplaining").

Quien crea que ya no existe el machismo, que exageramos, que ya lo tenemos todo claro y nada que aprender y que ya no hace falta el feminismo, que recuerde las palabras "verdulera" y "verdulero". No digo más.

Aquí no se salva nadie porque tenemos prácticamente grabado en nuestro ADN el uso del vocabulario machista, y cuidado con lo de los micromachismos; eso también queda diáfano en este libro con un ejemplo de lo más simple.

Yo diría que es un diccionario feminista que demuestra sin mala leche y de forma didáctica cómo el uso de nuestro vocabulario se utiliza despectivamente en contra de la mujer.

Un libro magnífico, muy bien pensado y elaborado, que puede resultar didáctico, simpático (siempre que te lo tomes con humor, porque nosotras salimos perdiendo lo mires como lo mires) que aclara a la perfección las connotaciones negativas de las palabras que usamos a diario, sin pararnos a pensar que pueden resultar hirientes ¿O quizá lo hacen a conciencia quienes las usan?

Enhorabuena a los tres artífices del libro (así me ahorro el elegir entre autores y autora, o autora y autores), y a la editorial.

Anika Lillo