De senectute

Opinión:

Los dibujos de Quino son un constante paseo por el tiempo y a su vez, nos muestra también una parte de la sociedad en la que vivió. Y los cambios de mentalidad que han ocurrido a través de las décadas.

Ahí es donde está lo interesante… la muerte, en este caso, ¿cómo se vive? (perdonad el oxímoron). Este lento pasar de los días, ¿cómo la percibe una persona que ha llegado como dicen sus personajes a la "primavera de la muerte"? Cuando no quedan cartuchos que quemar, cuando la senectud te hace olvidar el camino y los recuerdos…

Es una reflexión muy intensa la que se percibe entre líneas, podemos reírnos hasta que nos duelan las costillas, porque de pronto te ves llorando sin sentido, cuando le encuentras el sentido a todo. Eso es la muerte.

Quino nos embarca en su sonrisa y en su ingenio, nos da una fórmula para actuar ante lo inevitable. Nos ilumina con el divertimento, con el sarcasmo y la ironía, pero también nos enternece con la partida, las preguntas y los recuerdos, en las memorias de la abuela que vuelan por la habitación, en los ricachones venidos a menos, las muertes súbitas de jefes injustos. La memoria infantil, el pasado… De todo hay que reírse, aunque duela luego. No solo las costillas, sino el corazón.

Entonces hay que aprovechar el tiempo, este libro es como un gran "carpe diem", un llamado de atención, que la vida se escapa en un pispás y hay que sacarle el máximo provecho posible.

Además de esto, es un libro lleno de vida, a pesar del tema, la senectud no es solo un paso hacia el destino final que es la muerte, sino ese tiempo borroso, cuando la memoria no es la de antes y la enfermedad también acecha. Pero hay que echarle ganas y vivir. Y reírse de lo que nos viene encima… aunque sea lo último que hagas.

En este sentido, Quino nos desvela mucho en sus viñetas, hay un constante recordatorio de lo que es y será… y lo que fue. A veces, Quino mira con nostalgia ese pasado que ya no está, incluso nos hace cuestionarnos sobre la futilidad de la vida, nuestro propio camino y que si lo hemos hecho bien. O no.

Da lo mismo de donde vengas, la "quinoterapia" trasciende idioma, género y lugar del mundo… abres un libro de Quino y al segundo ya te entra la risa floja. Sus viñetas lo dicen todo, muchas veces, sin expresar palabra alguna. He ahí el valor esencial de su arte: comunicar. ¡Y lo hace divinamente!

Es que la muerte nos visita una vez en la vida y ¡hay que recibirla con toda la actitud! Hace un año que nos dejó, pero su legado sigue muy vigente. ¡¡Gracias, Quino!!

Carol Inabé Barba