A propósito de nada

Opinión:

Woody Allen, cuyo nombre original es Heywood Allen Stewart, nació en 1935 en Nueva York, ciudad de la que siempre ha estado enamorado. Es director, actor y guionista cinematográfico y aunque llegó a ingresar en la universidad la abandonó antes de tiempo. Desde muy joven se dedicó a vender chistes a famosos columnistas y cómicos profesionales. Más tarde escribió sketches para clubes nocturnos, revistas de Broadway y programas de televisión. Hoy en día se ha convertido en uno de los cineastas más aclamados y controvertidos por su particularidad despertando a su vez la admiración y el rechazo por los espectadores.

Con un inicio que hace gala del humor e inteligencia a la que nos tiene acostumbrados en la mayoría de sus películas y libros de relatos, Allen consigue con una simple y maravillosa dedicatoria para su esposa Soon-Yi, no solo manifestar claramente la importancia que ella tiene en su vida, sino que advierte del tono del libro sacando la sonrisa del lector.

Por medio de una prosa ágil llena de gracia y carisma, al más puro estilo de sus obras anteriores "Como acabar de una vez por todas con la cultura", "Cuentos sin plumas" o "Pura anarquía", Heywood Allen Stewart Koningsberg se presenta como un hombre sencillo que mira al pasado con tranquilidad alejándose de esa imagen de genio y gran intelectual. Recuerda, en buena parte del libro, su infancia y adolescencia como un relato sincero y pormenorizado de los pasajes más importantes de estas épocas teniendo como escenario la glamurosa ciudad de Nueva York. Del mismo modo, lleva de la mano al lector a través de los eventos más significativos de su vida, eventos que lo llevarían a convertirse en primera instancia en escritor de columnas humorísticas y diarios para, posteriormente, escribir comedia para actores y guiones de radio, televisión y cine.

Con lujo de detalles, el autor narra su paso por el mundo del celuloide, sus métodos de trabajo y, con gran cariño, la relación que mantiene y ha mantenido con múltiples actores, productores, músicos y, en general, con todos aquellos que han dejado una huella profunda en su vida y le han ayudado a ser el reconocido actor y director actual.

Si bien es un libro carente de capítulos que se lee como un gran relato, la capacidad narrativa que presenta la obra se manifiesta de tal forma que no existe ningún pasaje de que sobre. Los detalles en las descripciones con los que se tratan cada una de las anécdotas se entretejen para hacer una lectura ágil, comprensible y muy amena. Debo aclarar que, como aficionada a las producciones de Allen, las situaciones que describe de su propia vida y que utilizó en sus películas resultan fácilmente reconocibles y enriquecedoras.

Woody Allen también nos cuenta su faceta como el fallido músico, que él mismo reconoce, en un viaje por las magistrales influencias musicales y que hoy reconocemos en las bandas sonoras de sus películas.

No es de extrañarnos el encontrar al hombre obsesionado con el judaísmo y la terapia psicológica, al siempre maniático y muchas veces pesimista que protagoniza sus libros y películas. A pesar de sus pensamientos negativistas siempre permanece presente ese Woody Allen de observaciones agudas, inteligentes y sarcásticas.

En gran parte de esta autobiografía, se nos confiesa y aclara, de forma valiente, los conflictos suscitados por las fuertes acusaciones en su contra por parte de Mia y Dylan Farrow. Aunque en apariencia esta parte del libro parece pretender sanear su imagen, Allen defiende su caso ante una opinión pública muy poco y mal informada. Es sin duda un ejercicio reivindicativo para él, ya que como manifiesta de manera recurrente, no está preocupado por el legado que deja, pero sí de la imagen que sus seres queridos recuerden.

Allen trae a colación en esta parte del libro sus pensamientos más sinceros sobre los recientes acontecimientos en su vida a propósito de la influencia del #Me Too, la forma en que se ha boicoteado su trabajo y la de aquellos que se relacionan con él por parte de actores, compañías cinematográficas y de distribución. Esta autobiografía viene a iluminar un poco este oscuro aspecto de la desinformación y la caza de brujas.

Aunque salte del anecdotario puro, ligero y divertido para dar paso, necesariamente, al escabroso conflicto con Mia Farrow, la historia no decae en interés, quizás, por el contrario, lo hace necesario no solo para los seguidores del cineasta, sino también para aquellos que forman parte de una opinión pública acusadora. Para el autor esta obra representa esa necesidad de esgrimir sus argumentos contra las falsas acusaciones y, pese a que es un tema zanjado por la justicia al otorgarle a Allen resoluciones a su favor, éste ha sido preservado en el fuego mezquino por los medios sensacionalistas.

Sin duda alguna, se trata de un libro muy interesante, imperdible tanto para los seguidores de este icónico director como para quienes no lo son tanto, pues ambos encontrarán dos historias reveladoras, una, la del Woody Allen inteligente, irónico y sarcástico que sobrepasa y se muestra en la pantalla, la otra, la que rompe la falsa imagen del depredador sexual gracias a una pluma llena de dignidad.   

En conclusión, "A propósito de nada" es una biografía cinematográfica muy necesaria para el mundo artístico considerando, por supuesto, que son pocos los directores de cine que han dejado como legado sus memorias.

Marisa Costa