Polvo en los zapatos

Opinión:

"Siempre tiene que haber alguien en movimiento para pervertir a los que están en reposo", escribió Jean-François Fogel sobre el antipático y muy viajado Paul Morand, según nos recuerda Miguel Sánchez-Ostiz en el prólogo que acompaña a "Polvo en los zapatos". En este breve pórtico de apenas tres páginas, el novelista navarro insiste en el carácter activo y en el "apetito vital contagioso" de Manuel Moyano, autor de origen cordobés que ahora reside en Molina de Segura (Murcia). En efecto, el diario que recoge sus andanzas e inquietudes entre 2018 y 2020 nos desvela a un escritor de gran vitalidad, que en ningún momento carece de ideas porque su vida está repleta de material para la escritura: viajes por España y en el extranjero, encuentros con amigos, eventos literarios y presentaciones de libros, anotaciones de lecturas, asuntos personales… Todo ello, que ya pudo leerse en las páginas de "La Opinión" de Murcia, se recoge ahora en formato de libro para el goce y disfrute de los lectores.

El género del diario, inédito hasta ahora en la obra de Manuel Moyano, contribuye de maneras distintas a la cultura literaria. Para el autor, como él mismo confiesa en las primeras páginas del libro, la confección de esta obra sirve como un entrenamiento en el arte de la palabra, porque "sólo la obligación, el compromiso harán que me siente a una mesa a encadenar palabras". Para el lector y el crítico, en cambio, el diario facilita la reconstrucción de un mundo propio que muy a menudo es compartido por otros escritores. No en vano, a lo largo de estas páginas asistimos, junto a Moyano, a eventos literarios, a presentaciones de libros -propios y ajenos-, a conferencias y a encuentros como el festival te literatura fantástica Tártarus o el Festival Celsius 232 de Fantasía, Terror y Ciencia Ficción. En muchos de estos episodios, así como en otras entradas de carácter más informal, observamos desde dentro el funcionamiento de las redes literarias en Murcia, protagonizadas por personajes de renombre como Miguel Ángel Hernández, Eloy Sánchez Rosillo, Leonardo Cano, Pedro García Montalvo o Soren Peñalver.

De igual manera, los numerosos viajes de Manuel Moyano a lo largo de la geografía española -a Barcelona, Avilés, Teruel, Linares o Madrid, entre otros- facilitan la aparición esporádica de otros grandes autores de renombre, como Luis García Montero, Ray Loriga, Elia Barceló, Manuel Vicent o Luis Landero. Estos diarios, impregnados de principio a fin por una gran cultura literaria, nos ofrecen también pequeñas reminiscencias de autores añorados, como Ana María Matute, y nos acercan también a algunas de las lecturas más populares de esos años, como los libros de Manuel Vilas y de Sergio del Molino. En cualquier caso, la literatura no ocupa la totalidad de la obra, sino que hay también un gran número de páginas que nos acercan a otras disciplinas como el cine, la historiografía de la música o el ciclismo.

Para los lectores de "Travesía americana", "Cuadernos de tierra" y "La frontera interior", no sorprenderá el notable interés que manifiesta en estas páginas el autor por describir algunos de sus viajes recientes. Sin llegar a detenerse en tantos detalles como podemos encontrar en sus libros de viajes, Manuel Moyano nos abre una puerta a Casablanca, a Rabat y a Fez; también a la Escocia de Robert Burns y de Walter Scott, e incluso a Polonia y a la Costa Amalfitana. Otros viajes más cercanos, como a Calaceite -patria de Saura y de Buñuel, y lugar emblemático para José Donoso- y a la comarca de Matarraña, contribuyen también a dibujar una constelación de afinidades lectoras que hace de este "Polvo en los zapatos" una mina de recomendaciones y sugerencias para disfrutar de la literatura y de la vida.

Darío Luque