pippi calzaslargas. todas las historias

Opinión:

J. M. Barrie  comenzaba “Peter Pan” diciendo que todos los niños crecen excepto uno, si tuviéramos que designar a una niña que cumpliera esa misma condición sería sin lugar a dudas Pippilotta Delicatessa Windowshade Mackrelmint, más conocida como Pippi Calzaslargas. Casi setenta años han pasado desde que Pippi asomara su pecosa naricilla por las páginas de la literatura infantil, con sus sempiternos nueve años, sus tiesas trenzas color zanahoria, su inseparable Señor Nelson, sus compañeros de andanzas Tommy y Annika; desde entonces su desbordante imaginación y su eterna alegría han fascinado a niños y adultos de todo el planeta.

Pero ¿qué tiene Pippi que la hace irresistible a los ojos de cualquiera? La respuesta es sencilla: Pippi es sinónimo de libertad. Una pequeña que vive sola, sin adultos que la vigilen, que hace lo que le da la gana pero, a la vez, no se convierte en una vaga redomada, capaz de convertir en una fiesta el simple hecho de fregar el suelo y en una aventura de proporciones épicas el ir de picnic con sus amigos; el mundo de esta pelirroja es tan poco convencional que es imposible no rendirse a su encanto. Quizás por eso esta pequeña aventurera es tan apreciada por los mayores, ella hace lo que todos los adultos han soñado millones de veces, romper con las normas establecidas, no preocuparse por el futuro, disfrutar de la cosas sencillas, ver siempre el lado positivo de la vida porque, a fin de cuentas, Pippi es todo aquello que jamás nos dejaron ser o nos dejaron hacer, era demasiado arriesgado, muy poco correcto y en exceso transgresor.  Sí, los adultos añoran no ser como ella y los niños aún sueñan con serlo, con levantar un caballo por encima de la cabeza, trepar a un árbol y dar volteretas sobre él, ir a la pastelería del pueblo y comprar tantos dulces que se necesita una carretilla para llevarlos a casa, todos hemos querido ser la hija del Rey de los Caníbales o, al menos, ser Tommy y Annika para vivir de cerca todas esas emociones que saltan del libro a nuestra cabeza animándonos a hacer eso que muchos consideran locuras.

“Pippi Calzaslargas” es un canto a la imaginación y al buen humor, se inventa historias pero no miente, digamos que adorna la aburrida realidad de la gente común, reparte justicia como sólo una niña tan atrevida y pizpireta puede hacer, es decir, a su manera y con toda la parcialidad que le otorga su corta edad, sin ensañarse nunca con el enemigo o presumir tontamente delante de sus amigos; Pippi es una rebelde, una inconformista, una anarquista que jamás se dejará controlar por nada ni por nadie que no sea ella misma, un espíritu libre que tiene una infinita fe en el género humano. La capacidad innata de la pequeña en creer que todo el mundo es bueno, o no tiene realmente malas intenciones, contrasta con la sociedad que la mira con pena al considerarla una pobre huérfana, una maleducada y una grosera, aunque finalmente todos caen rendidos a sus pies porque la niña tiene un corazón de oro y sólo quiere lo mejor para todo el mundo aunque, por supuesto, no lo busque de las maneras más ortodoxas.

Es por este motivo que la gente que la rodea ve a Pippi como una inadaptada, una vez que sabemos cómo concibe ella la realidad nos damos cuenta de que no es así, más bien al contrario, los inadaptados son el resto y ella la líder que pretende llevarlos por el buen camino.
 
Adentrarse en el universo de Pippilotta es una de esas experiencias que todo el mundo tendría que hacer una vez en la vida, liarse la manta a la cabeza y organizar un naufragio en el salón ó dormir con los pies en la almohada, cualquier cosa que nos haga sentir vivos y eufóricos; podemos escudarnos bajo la excusa de hacerlo por el sobrino, el hijo, el ahijado…pero seamos honestos con esta pequeña bribona, lo hacemos porque nos gusta y porque esa cosa tan simple nos hace sentirnos diferentes, tan diferentes como los colores de sus medias.

La literatura infantil nunca estará lo bastante agradecida a Astrid Lindgren por crear este prodigio de aventuras, pocos premios Hans Christian Andersen han sido tan merecidos como el de esta escritora sueca que nos enseñó que el arma más poderosa es la imaginación y que todo es posible si te lo planteas. Nosotros tenemos que estarle eternamente agradecidos a Blackie Books por volver a regalarnos el fantástico universo de esta traviesa chiquilla que nos hizo soñar en nuestra infancia y más adelante, aunque nos dé vergüenza reconocerlo.

Cualquier día, en cualquier lugar del mundo, verás una niñita recolectando los refrescos de cola que florecen en el árbol de su jardín, o verás un caballo en el porsche con un monito durmiendo sobre su lomo. Llama a esa puerta, “Pippi Calzaslargas” se encargará de abrirte los ojos a algo que no conoces: la vida en estado puro.

Patricia Rubiera