Perdedores

Opinión:

"Perdedores" es una novela intensa y rotunda, editada de una manera peculiar por Dokusou, con un detalle, complementado por la propia autora, que se ha ganado mi complicidad desde el primer vistazo.

El libro plantea una historia llena de claroscuros que transporta al lector al ambiente de aquella época, con la familia Agrelo marcada por la ignominia de la prensa, que ya ha declarado culpables al padre y a la hija. Cada uno está en una cárcel diferente, mientras el resto de la familia acaba repartida en diferentes lugares al tener que dejar la vivienda de la Escuela Superior de Guerra: tres hermanos pequeños en un asilo, la hermana pequeña, Virginia, en un convento, la mediana, Victoria, de criada en una casa, y el tío Damián en una pensión.

Recordemos que es 1913 y las mujeres lo tienen bastante difícil en esa época, pues la ley y la sociedad consideran que son inferiores. Además, para mayor abundamiento, las hermanas Agrelo son todas menores de edad, lo que las mantenía a merced de la patria potestad de su padre, de su carácter violento y de sus caprichos, aunque sea un impresentable, por decirlo finamente.

Esta es una novela para sumergirse en su trama de la mano de ambos abogados, cuyas andanzas nutren el desarrollo de la trama, aunque cada uno vaya por su lado en la defensa de su respectivo cliente, y, de tanto en tanto, percibir sutiles destellos de lo que era esa familia en lo que va expresando Virginia, desde el convento donde está recogida.

Es fácil tomar partido desde el principio, hay personajes que desde su primera aparición se hacen odiosos; otros están desvalidos ante el infortunio y tienen que resignarse a designios superiores. Tampoco es que se salven mucho los abogados, aunque sean buenos cumplidores en su tarea.

La trama avanza junto con las pesquisas de los abogados y el procedimiento judicial, manteniendo hasta el final la intriga de lo ocurrido y también el suspense de en qué acabará el juicio.

"Perdedores" me ha parecido una estupenda novela, que consigue hacer partícipe al lector de lo que va pasando, quien sentirá lo que ocurre como si fuese propio, incluso detestando a algunos protagonistas, a la vez que anima a otros a que superen las dificultades que se les presentan.

Selin