notas satánicas. el satanismo en la música rock

Opinión:

Es el primer ensayo que he podido leer y hasta la fecha pensaba que eran lecturas aburridas de temas soporíferos que no me iban a interesar. Cuán equivocada estaba, como los que piensan que los que disfrutamos de la música heavy somos unos locos, con tendencias homicidas y danzamos con el diablo. Y es que como reza el dicho: pagamos los justos por los pecadores. Quizá sí que haya habido casos en donde ritos oscuros hayan puesto como banda sonora de fondo sus oscuros fines. Pero también son casos contados.

El autor nos hace una reflexión sobre este asunto para que la humanidad deje de verla como un nexo ente ocultismo y adoración al demonio y que no es sino otra forma de sentir la vida. Habemos en el mundo góticos, emos, jugadores de rol (estos pobres también tienen el San Benito colgado) pijos, hip-hoperos, etc y como tales también hay los que adoran la música rock. Puede que haya letras duras. Letras obscenas. Pero también hablan de sentimientos al igual que la poesía. 

Hace un repaso concienzudo por diferentes personalidades, independientemente que las pongan a parir o las defiendan. Con frases para enmarcar de algunos seguidores de Dios que pueden dejarte con la boca abierta. El libro está compuesto por pistas (en vez de capítulos) que nos enseñan a ver al "maligno" entre las letras, los mensajes subliminales y ojo, porque algunos dicen que si pones ciertas canciones al revés son ritos auténticos de adoradores del demonio (esto último es un dato ajeno al libro del que me he enterado haciendo un poco de ciberinvestigación).   

Hay incluso un insensato que se atreve a afirmar que "la guitarra eléctrica es un instrumento nocivo para la salud, y su venta al público debería quedar prohibida" que digo yo que los que se autoflagelan deberían hacinarse en un manicomio siguiendo la misma "lógica", ¿no? Nos muestra también una lista "negra" donde los puritanos ven a ciertos cantantes como instigadores del heavy y adoración al malo más malo, curioso encontrarse ahí a Dover que pobre de ellos se ve que son satanases del infierno porque (OJO) su nombre responde al parecer a las siglas Demonios Ordenados para Violar la Engañosa Religión. 

Desde luego es un libro para disfrutar, porque es un ensayo, sí, pero es para hacer bailar a las neuronas y hacerlas pensar. Siempre habrá quien esté a favor y en contra de algo, y aquí cada uno seguro que tiene una opinión diferente, pero este volumen es una pincelada de genialidad, a mí me ha gustado mucho. Tiene una prosa muy cercana, como si fuera una conversación con un amigo en un bar. Te lo lees en un periquete y te deja buen regustillo a azufre en la boca. Creo que gustará a los adoradores del heavy, a los que gustan de lecturas suculentas y ligeras al mismo tiempo y sobre todo al que busque pasar un buen rato. Porque te ríes bastante.

Me ha encantado.