Anika entre libros

memorias de una princesa de zanzibar

Ficha realizada por: Santi37

Título: memorias de una princesa de zanzibar
Título Original: (leben im sultanspalast. memorien aus dem 19. jahrhundert)
Autor: Emily Ruete
Editorial: Alba


Copyright: Edición de Annegret Nippa ISBN: 84-8428-232-5
Etiquetas:

Argumento:

Cuando a mediados del siglo XIX la Princesa Salme nació en el seno del Palacio del Sultán de Zanzíbar, Alá escribió su destino con la tinta reservada a las Vidas Turbulentas; quién le iba a decir a ella, a su madre (una ex esclava) o a cualquiera de sus treinta y seis hermanos que acabaría casada con un comerciante alemán, vestida de monótono negro y viviendo en Hamburgo.

Por eso, y porque en Alemania nadie se creía su historia, escribió este libro fascinante. Más que muchos de los cuentos de las famosas Mil y Una Noches.

Opinión:

No muchos saben que el nombre de la actual Tanzania viene de TANganika y ZANzíbar, y que esta última, hoy una isleja insignificante, fue parte del riquísimo imperio que poseía el Sultán de Omán, cuando el Océano Indico era del dominio de los árabes.

En la isla de Zanzíbar había una dinastía reinante, compuesta del sultán antes mencionado, una cohorte de esposas (en realidad, una sola esposa y muchas "segundas mujeres"), y treinta y seis hijos que le sobrevivieron y se enzarzaron el una guerra fratricida, aunque no era por falta de herencia, que de riquezas iban bien servidos.

Salme, luego bautizada Emily tras la preceptiva conversión al cristianismo, fue uno de esos hijos, quizás el que tuvo una historia más especial ¿especial? Qué coño, de las más extraordinarias de las que yo haya tenido noticia.

La verdadera y completa historia de Salme/Emily daría para tres o cuatro libros más. Aquí se cuenta su, digamos "primera" vida (sus andanzas en Europa se relatan sucintamente en el epílogo), la vida que llevó hecha una princesa de cuento entre palacios, perfumes, esclavas y ricas sedas. El motivo que la movió a contarla fue el choque con la vida y los ritos de Alemania, donde fue a parar por su amor a un comerciante alemán que pasó por Zanzíbar (como en la copla aquella tan bonita: "él vino en un barcoooo, de nombre extranjeroooo..."). Como digo, de cuento. Esto lo narra un novelista y le llueven felicitaciones por su brillante inventiva.

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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