Meditaciones

Opinión:

Los que hayan visto la película Gladiator (2000) recordarán sin duda a Richard Harris haciendo de Marco Aurelio, el emperador que pretendía devolverle el poder al pueblo de Roma, es decir, al Senado. Pues bien, ese emperador es el autor de este extraordinario trabajo que edita Alianza, especialista en recuperar pequeñas y grandes joyas del pasado.

Marco Aurelio (121-180 d.C.) fue un emperador-filósofo influido por el estoicismo griego, que suele definirse como "la filosofía de la coherencia con uno mismo", y muchas de sus meditaciones están imbuidas del espíritu de esa corriente filosófica, cuando no directamente copiadas de ella.

En las postrimerías de su vida, a Marco Aurelio le dio por meditar y por dejar por escrito muchas de sus reflexiones, divididas en 12 libros sin un epígrafe concreto. En ocasiones son un par de frases, en otras un largo párrafo, todas anotadas sin un orden establecido, como fruto del momento, y por ello nos encontramos ideas o conceptos repetidos a lo largo de la obra. Sobre todos ellos destaca la idea de la brevedad de la vida, de lo efímero de nuestro paso por el mundo, y nos invita a reflexionar acerca de la importancia de las cosas y de la necesidad de evitar lo superfluo.

Resulta curioso que, casi dos milenios después de ser escritas, estas Meditaciones aún nos parezcan de plena actualidad. En ellas tienen cabida todos los males de nuestro tiempo, consustanciales al ser humano, y no hay como echar la vista atrás para comprender que nuestros antepasados se preocupaban por las mismas cosas que nosotros, y se hacían las mismas reflexiones. Los libros de autoayuda, como ven, no los inventó Coelho.

La edición de Alianza cuenta con una introducción de Antonio Guzmán Guerra que pone al lector en antecedentes y que le viene muy bien para adentrarse en la figura de este emperador. Pero además cuenta con un mapa sobre el Imperio romano de aquella época, un árbol genealógico, una cronología de los hechos históricos más relevantes y una interesante bibliografía. Un trabajo, como ven, cuidado con esmero y una edición muy asequible.

Creo que este es uno de esos libros que todo el mundo debería tener en sus estanterías, para poder cogerlo de vez en cuando, abrirlo al azar y disfrutar del placer de acompañar al emperador romano en sus reflexiones.

Pilar Alonso Márquez