Malala. Mi historia

Opinión:

Nos encontramos ante un libro que debería ser lectura obligatoria en todos los institutos y Malala debería ser un personaje conocido desde el colegio por todos los niños y niñas. ¿Por qué? Pues muy sencillo, porque nadie mejor que otra niña que casi pierde la vida luchando por el derecho de otros niños a estudiar para hacerles entender la importancia de ese derecho que ellos dan por supuesto.

La lectura de esta biografía me ha hecho llorar, no lo voy a negar. Pero no solo de tristeza, sino de rabia e impotencia en algunos pasajes y de admiración en otros. Rabia ante aquellos ignorantes que pretenden eliminar el derecho de las niñas de ir al colegio, de aprender, de descubrir que ellas pueden aspirar a algo más que a ser amas de casa y criar niños. Admiración incondicional por el padre de Malala, que siempre ha defendido el derecho de su hija a estudiar y tuvo que enfrentarse a los talibanes porque se negaba a impedir que las niñas fuesen a su colegio. Siempre ha estado a su lado y es muy duro ver cómo un hombre que lo ha dado todo por una lucha casi perdida en algunas regiones de Pakistán en las que se han colado los talibanes, se siente culpable cuando su hija sufre el atentado. ¿No debería haberlo sufrido él?, ¿por qué a ella? Lloré de alegría al ver cómo la fortaleza de esta joven demuestra que les salió el tiro por la culata, no solo no consiguieron callarla, sino que ahora con más fuerza y gracias al reconocimiento internacional y seguimiento mediático de su caso, su lucha llegará más lejos. Tanto que le ha valido el Premio Nobel.

Malala nos cuenta su día a día en Pakistán antes del atentado, cómo vivían, cómo poco a poco les iban quitando derechos y temían por sus vidas, cómo tuvieron que esconderse en un pueblo de las montañas. Y cómo, tras el atentado que sufrió, su vida cambió radicalmente al despertarse en un hospital en Inglaterra, sola, sin saber muy bien qué había pasado y enfrentándose en el espejo a una cara que ya no era la suya de siempre.

Es una lectura recomendable al cien por cien: emocionará, inspirará y espero que recuerde a los jóvenes que la lean que cuando se quejan de para qué tienen que estudiar que vaya rollo, hay muchos niños en otros lugares que darían lo que fuese por estar en su lugar y tener acceso a la educación, especialmente las niñas.

Elena Martínez Blanco