magdalenas con problemas

Opinión:

Esta es una de esas novelitas que se nota desde el principio que tienen una meta: en este caso hablar del acoso escolar y darle pautas a los niños para que las resuelvan, o mejor dicho, que sepan qué no hacer (defenderse con piedras, por ejemplo) y qué hacer (contárselo a un adulto o enfrentarse).
 
Está escrito correctamente, con una claridad nítida para que los críos no se confundan, entiendan todo y se centren en lo que importa: el mensaje.
 
La verdad es que tenía verdadero interés, como adulta y madre de tres hijos de diferentes edades entre 6 y 15 años, en conocer cómo pensaba resolver el acoso escolar Ana Bergua. Yo diría que ha dado dos soluciones pero que no se ha mojado mucho: el niño verá que enfrentarse a los malos aquí sale bien –y en la vida real no siempre sale bien- y que el arma definitiva contra los malos es contárselo a un adulto, aunque en este caso Pablo lo cuenta después de que él mismo se haya cubierto las espaldas. En fin, supongo que haría falta reflexionar sobre este final. Ana Bergua es diplomada en Dietética y Nutrición, no es psicóloga infantil, y supongo que por eso no ha sabido decidirse y ha dejado dos formas de defensa.
 
Quizás sea apropiado decirle al niño que lo lea, que la clave no es elegir una forma u otra, si no elegir “contarlo”.
 
A la novelita le acompañan ilustraciones muy adecuadas de Carme Sala Villaplana, donde los críos verán claramente los gestos de maldad, preocupación, tristeza o alegría.
 
Anika Lillo