Los caídos

Opinión:

Hay mucho que celebrar en este libro del cubano Carlos Manuel Álvarez. El estilo, lo primero. Es un escritor dispuesto a correr riesgos en la disposición del texto y las perspectivas, y lo mejor de todo es que la jugada le sale muy bien en este "Los caídos". Pero lo mejor del libro sin duda, dejando alardes técnicos aparte, es el retrato profundo, delicado y despiadado a un tiempo que se realiza de la sociedad cubana contemporánea.

La nota que alcanza para tratarse de una primera novela es el sobresaliente, así que este escritor que estudió periodismo en origen sin duda puede darnos muchas alegrías literarias en el futuro. La mirada de Carlos Álvarez a Cuba, su Cuba, es tremendamente impactante porque no se ocupa de las grandes intrigas políticas o los aparatosos programas gubernamentales, sino del dolor profundo de los individuos, la tragedia de puertas adentro. "Los caídos" es un drama encerrado bajo siete candados en los muros de una casa. Pero no acaba ahí la cuestión, porque todas las historias que el libro contiene implican de alguna manera a terceras personas, nos ofrecen pintura cierta de otros lugares en los que se sufre hambre, penalidades, desconcierto, en los que se roba o trafica. Los jerarcas del régimen y sus oscuros tejemanejes (a los que se opone un padre tan estoico e íntegro como falto de recursos personales) son el auténtico motor oscuro de esta historia fieramente humana.

Las historias pequeñas que componen el libro, anécdotas casi, siempre guardan un fondo de más relevancia y trascendencia que la aparente, y eso confiere a la obra su gran calado como libro-denuncia que a la vez sabe deleitar y seducir al lector. Lo humano está antes que lo panfletario, la revisión de los sentimientos por encima de la anécdota. El planteamiento de la trama de "Los caídos" me ha recordado aquella anécdota incluida en la magistral "Los novios", de Alessandro Manzoni. Decía el autor italiano que los capones, cuando saben que van a ser sacrificados, en ocasiones comienzan a pelearse entre ellos e intentar sacarse los ojos. Ese el fondo de ruido y furia de "Los caídos". Ante una atmósfera social y política corrupta y empobrecida, esta familia se dedica fundamentalmente a odiarse y desconfiar del otro. Carlos Manuel Álvarez deja que todos hablen, que conozcamos la historia de boca de cada uno de los personajes. Así los capítulos son nombrados "El hijo", "La madre", "La hija", "El padre".

Novela interesantísima en definitiva, por fondo y forma, sobre las dificultades de una familia de cubanos que cae en desgracia para el régimen por el comportamiento del padre y los hijos, componiendo todos ellos esos "caídos" del paraíso a los que se refiere el título.

Rafael Ruiz Pleguezuelos