Los amores de Sylvia

Opinión:

Me costó un poco meterme en el libro al principio de "Los amores de Sylvia", ya que Elizabeth Gaskell es excesivamente descriptiva tanto sobre las localizaciones como sobre el modo de vida del pueblo, su economía, las cosas que se consideraban importantes y normales en esa época (está ambientada unos cuantos años antes de que la autora lo escribiera y se nota que hubo mucha documentación)... Es una parte pesada, pero en algunos casos, sobre todo en lo relacionado con las levas forzosas y cómo estas afectaban a los habitantes del pueblo, son importantes para lo que sucede más adelante.

Luego, no obstante, según se van presentando los personajes y entrando en materia, la novela comienza a volverse más interesante. El personaje principal es Sylvia, que comienza siendo una niña mimada y alegre, voluble y caprichosa aunque encantadora, pero que, según madura y la desgracia se abate sobre ella, evoluciona muchísimo y de una forma magistral. También es destacable la figura de Philip, que como personaje resulta bastante complejo y profundo, aunque un poco predecible y aburrido, lo que le hace contrastar tremendamente con su amada. El personaje de Charley, por su parte, apenas se desarrolla más allá de plantearlo como el personaje romántico y fascinante típico de las novelas de esa época. La relación entre los tres es compleja, especialmente cuando un secreto cambia la situación drásticamente.

El resto de secundarios también tienen gran interés tanto por sus formas de ser como por su papel en la historia, siendo todos muy relevantes y bien desarrollados, aunque a veces me daban la sensación de ser excesivamente sentimentales o racionales, en función del papel que cumplían en la historia.

Por otro lado, el ritmo me resultó un tanto irregular: a veces no paran de ocurrir cosas de gran tensión, otras veces se detiene tanto en mostrar cómo han afectado los cambios al carácter y la vida de la protagonista que tienes la sensación de que no avanza nada. Además, una vez que se llega al punto de inflexión en la que Philip decide mantener en secreto una cosa que afecta a los tres, ya se ve venir todo cuando va a ocurrir. No es que eso lo haga menos disfrutable, pero cuesta más engancharse, especialmente en las partes de ritmo bajo, si imaginas por dónde va a continuar la historia. Aparte, el final resulta precipitado (se hubiera agradecido un poco más de desarrollo, especialmente tras una parte de ritmo tan lento) y muy acorde a los estándares de este tipo de novelas de la época, de modo que, aunque en la introducción de Damià Alou no se hubiera revelado todo, tampoco hubiera habido sorpresas.

En definitiva, es una interesante historia con grandes personajes, aunque peca de un ritmo irregular y de excesivas descripciones.

Déborah F. Muñoz