Llámame Judas

Opinión:

Dos cosas suelen llamarme la atención cuando cojo un libro y leo las primeras páginas: una es el título, si me gusta, el libro parece llamarme. "Llámame Judas" es un título atractivo y guarda absoluta relación con la novela. La segunda es que las primeras páginas me atraigan, y Guillermo Galván lo consiguió con este libro.

La tercera y cuarta entran en la fase de lectura: la historia y la prosa. Me gustaría resaltar algo respecto a la prosa. Cuando leemos la descripción de unos ojos podemos conformarnos con que eran azules y tenían cataratas -por ejemplo- o con frases como esta: "La luz del crepúsculo jugaba a sombras chinescas con las arrugas de Banon y, al posarse en sus gafas, devolvía un reflejo amarillento que distorsionaba la percepción de unos ojos presumiblemente glaucos y sin duda sometidos a la tiranía de las cataratas". Descripciones como estas donde además de hablarnos de su físico nos están contando sus miserias y enfermedades, son las que a mí me parecen maravillosas.

La historia es otra cosa. Empieza con un golpe de efecto, luego nos va introduciendo lentamente en el meollo del asunto, utilizando la persona de Angel Casares y sus nuevas rutinas tras el despido forzoso, para desembocar en una investigación en la que quieres conocer el final. No sabes si lo del intermedio interesa o no, si al final será necesario o no, lo que quieres es leer cada página para bucear en ese final que sabes que prometía y que termina cumpliendo su cometido.

Personajes con vidas privadas que surgen o están, una trama en la que la historia tal y como la conocemos podría ser distinta, un Judas Iscariote fiel, un Jesús algo diferente al que nos muestran en la religión católica, un final que necesitas desde que empiezas el libro. Así resumiría yo "Llámame Judas".

Anika Lillo