Leyenda de una era 1. Dueños del destino

Opinión:

Decir que la novela fantástica no es un género que me atraiga en demasía, sería empezar la reseña mintiendo a medias. Es cierto que no sigo las novedades, no estoy al día de quién es quién dentro de ese género (sólo de oídas), pero tras leer mucho producto nacional, y casi todo de la Línea Excalibur de AJEC, debo decir que cada vez con mayor asiduidad me asomo a sus páginas. Y cuando leí la primera de las novelas que componen la saga de Leyenda de una era, La guerra por el norte, casi era como meterme en la boca del lobo. Creo que las novelas río son de las más dificultosas a la hora de iniciarse en este género. Y he ahí mi error. No es complicado el género, sino la habilidad del autor para meterte en las diferentes tramas, y con esa novela, Guillem López Arnal lo consiguió. Y por eso tenía muchas ganas de poder leer esta segunda parte.
 
Para comenzar señalo que esperaba un paso adelante por parte de Guillem, una maduración de su estilo propio (incluso una frase de mi anterior reseña se puede leer a modo de promo en la contraportada), de su prosa elegante, muy natural en cuanto a forma y me sorprendió muy favorablemente que desde los primeros capítulos se aprecia ese paso perfectamente. Cierto es que una vez presentados los diferentes ramales de ese río de historias, en esta segunda parte, y por seguir con el símil fluvial, las aguas se remansan y toman peso los personajes con mayor relevancia, se van encajando algunas historias y toma cuerpo la parte central de la saga. Eso sí, sin permitirnos mucho descanso, ya que los diferentes personajes muestran todo su potencial y tendrán que solventar más de una dificultad en su camino.
 
Una parte que me ha parecido también muy buena es la parte, podríamos llamarla así, "política". Que es cuando los diversos reinos de esta tierra (atención máxima a los mapas, incluso en color, que adornan la parte final del tomo) interaccionan para conseguir sus objetivos, ya sea con alianzas, matrimonios, guerras, etc. Muy cercano a la Edad Media, decorado bastante clásico en muchas de las novelas de la Fantasía Épica.
 
Muy acertado también es el uso de la fantasía y de la magia. No es excesivo, no se abusa de ella y esas escenas están bastante bien integradas dentro de la trama. No se nota artificio a la hora de escenificarlas, y eso ayuda a la hora de identificarse con los personajes. Y si algún "pero" he de ponerle, sea quizá que esperaba por fin alguna que otra batalla más, aunque quiero pensar que será algo que el autor se reserva para la parte final de la historia, y será hay cuando veremos en su total esplendor si su prosa nos lleva a cabalgar a lomos del corcel de uno de los combatientes. Será una buena prueba de fuego, ya que considero que es una de las escenas más complicadas de narrar dentro de una novela de fantasía épica o de la misma histórica. Llevar la cámara narrativa a los puntos precisos de la batalla y hacernos participes de ella.
 
No sé cuántas partes nos quedarán por leer de esta saga, hay una tercera en proceso de fabricación, pero seguramente ese paso adelante en la preparación y escritura de Dueños del destino nos augura aventuras sin límite, con un estilo aguerrido y madurado. Como los buenos vinos.

Fernando Martínez Gimeno